2 de Agosto de 2024 a las 00:07
La gestión del Ayuntamiento de Telde, dirigida por su alcalde, se encuentra en el ojo del huracán tras las desesperadas denuncias de los vecinos de la calle Roque y aledaños, encabezadas por el portavoz de la comunidad, el señor Benjamín. La inacción ante los graves problemas generados por la discoteca "La Bella Época" es un reflejo preocupante de una administración que parece más interesada en proteger intereses particulares que en salvaguardar el bienestar de sus ciudadanos.
Foto: LPDLP
El reciente escrito dirigido al alcalde expone una situación insostenible que lleva más de una década afectando a los vecinos. Cuatro informes técnicos de acústica, con un costo acumulado de más de 10.000 euros, han documentado exhaustivamente cómo los niveles de ruido de la discoteca exceden miles de veces los límites permitidos por la normativa vigente. A pesar de esta evidencia, la administración municipal ha mostrado una indiferencia alarmante.
El problema no se limita al ruido extremo; la comunidad ha soportado también constantes disturbios, peleas, daños a la propiedad, y un estado general de inseguridad. Catorce vecinos han tenido que abandonar sus hogares debido a la situación insostenible. Esta problemática, ampliamente reportada por los medios de comunicación, destaca la falta de acción por parte de las autoridades competentes, sugiriendo una permisividad que se remonta a la época de Aureliano.
La falta de intervención por parte del alcalde plantea preguntas inquietantes: ¿Por qué se permite que una discoteca continúe operando en estas condiciones? ¿Por qué se ignoran las pruebas y las denuncias de los vecinos? Las respuestas parecen apuntar a la existencia de funcionarios corruptos dentro del Ayuntamiento, un legado oscuro que continúa afectando a la administración actual.
Es crucial que el alcalde de Telde actúe de manera inmediata y efectiva. No se trata solo de cerrar una discoteca problemática, sino de abordar de raíz la corrupción y la negligencia que han permitido que esta situación persista. La confianza de los ciudadanos en sus gobernantes está en juego, y cada día que pasa sin acción refuerza la idea de que los intereses económicos de unos pocos están por encima de los derechos y la salud de muchos.
El señor Benjamín y los vecinos de la calle Roque y aledaños merecen un liderazgo comprometido con su bienestar y seguridad. Es hora de que el alcalde demuestre su compromiso con sus ciudadanos, tome las medidas necesarias para erradicar la corrupción y garantice que situaciones como la de "La Bella Época" no se repitan. La paciencia de los vecinos se ha agotado; es momento de actuar.