27 de Mayo de 2025 a las 16:12
La reciente presentación del I Concurso de Fotografía de Telde, enmarcado en las fiestas de San Juan Bautista, ha generado opiniones divididas entre los aficionados y profesionales del sector. Aunque la iniciativa pretende fomentar la creatividad y poner en valor el patrimonio de la ciudad, varios fotógrafos han expresado su descontento con las condiciones del certamen.
Críticas al I Concurso de Fotografía de Telde: premios insuficientes y falta de privacidad
Uno de los principales puntos de crítica es el monto de los premios, considerado insuficiente para un concurso en una ciudad como Telde. Con un primer premio de apenas 400 euros, seguido por 200 y 100 euros para el segundo y tercer clasificado, respectivamente, la recompensa económica resulta mínima en comparación con otros eventos similares organizados en grandes ciudades. “Participar en un concurso supone una inversión de tiempo, esfuerzo y en muchos casos dinero en equipo fotográfico. Un premio así no es un incentivo suficiente para atraer a fotógrafos con experiencia”, comenta un participante habitual de certámenes de fotografía.
Otra preocupación importante es la falta de privacidad en la identificación de los participantes. Según lo establecido en la nota de prensa oficial, los concursantes deberán enviar sus datos personales al Ayuntamiento, lo que contrasta con la práctica habitual en concursos fotográficos, donde las imágenes suelen entregarse bajo sistema de sobre cerrado. En este formato más profesional, la fotografía se presenta sin revelar la identidad del autor y se adjunta un pequeño sobre con el título de la imagen y el nombre del participante, garantizando una evaluación objetiva y anónima.
Este sistema evita posibles sesgos por parte del jurado y protege la privacidad de los fotógrafos. “Es fundamental que el concurso brinde garantías de imparcialidad. En otros certámenes, no sabemos de quién es la fotografía hasta que el jurado ha deliberado. No entiendo por qué aquí no se sigue ese modelo”, señala otro fotógrafo aficionado.
Si estas condiciones se mantienen, el concurso corre el riesgo de quedar como un evento menor, sin gran repercusión y con una baja participación, perdiendo la oportunidad de convertirse en un referente fotográfico para la ciudad. Aún hay tiempo de rectificar y mejorar las bases antes del cierre de inscripciones el 10 de junio.
Queda por ver si el certamen logra atraer suficientes participantes o si estas condiciones poco favorables terminan limitando su impacto y repercusión. La solución aún está en manos de los organizadores.
Redacción DNT