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6 de Agosto de 2025 a las 10:51

CSIF reparte neveras en Telde: sindicalismo refrescante para un verano sin lucha

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En un gesto que marcará un antes y un después en la historia del sindicalismo español (o al menos en la temperatura del tupper del almuerzo), la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) en Telde ha decidido que la mejor forma de reforzar la afiliación no es mejorar condiciones laborales, ni negociar convenios, ni plantarse frente a los abusos… sino repartir neveras.

 

Sí, han leído bien: bolsas térmicas con el logo del sindicato están siendo entregadas con entusiasmo en El Cubillo y el Parque San Juan, como si fueran el nuevo símbolo de resistencia obrera. ¿Es esto un piquete o una promoción del Carrefour? La línea se ha vuelto tan delgada como el plástico de las propias neveritas.

La delegada sindical Fefi lidera esta operación logística que, más que a un movimiento reivindicativo, recuerda a una campaña de fidelización de supermercado: “por cada afiliado, una bolsita fresca”. Solo faltó que viniera con cupones para helados o un rasca y gana para ver si te toca una negociación colectiva.

Desde CSIF aseguran que se trata de una “campaña estacional” para “poner en valor las ventajas” de ser afiliado. Al parecer, en verano se congela también el espíritu de lucha, y lo que se pone en valor es el hielo para la playa y los descuentos en restaurantes.

¿Y el dinero de las neveritas? Misterio sin resolver. Porque claro, una de estas bolsitas térmicas no se compra en el chino de la esquina, y si se han repartido a lo grande, estamos hablando de un gasto considerable. ¿Salió del presupuesto sindical? ¿Lo financió el Club CSIF? ¿Algún patrocinador helado? No se sabe. Pero eso sí, todo muy transparente… como las tapas de los tupper.

El CSIF invita además a sus afiliados a visitar su web y redes para ver los descuentos disponibles. Por si acaso, no olviden entrar con las gafas de sol puestas, no vaya a ser que el brillo del sindicalismo moderno les deslumbre.

En resumen: menos pancartas, más picnic. El sindicalismo del siglo XXI se presenta, por lo visto, con una bolsa térmica bajo el brazo y la esperanza de que, si no se conquistan derechos, al menos no se derrita el yogur.

 Maruca Sin Filtro