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22 de Octubre de 2025 a las 00:22

Cuando fallan los que no deberían fallar

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La sentencia que obliga a revalorar el examen de la Policía Local de Telde deja al descubierto un error institucional que costará caro.

 

El proceso selectivo para cubrir 33 plazas de la Policía Local de Telde, convocado en 2023, parecía cerrado. Los agentes ya patrullan las calles, los listados están publicados, y el Ayuntamiento dio por concluido el procedimiento. Pero la justicia acaba de abrirlo de nuevo. Y lo ha hecho con una sentencia que no solo corrige una pregunta mal valorada: pone en evidencia un sistema que falló donde no debía fallar.

El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº1 de Las Palmas ha ordenado revalorar la pregunta número 2 del segundo supuesto práctico del examen. ¿El motivo? El tribunal calificador otorgó puntuación a respuestas que citaban el artículo 152.2 del Código Penal, pese a que no era aplicable al caso planteado. Las lesiones descritas eran leves, y por tanto, despenalizadas. Un error técnico, sí. Pero con consecuencias jurídicas, emocionales y administrativas.

La sentencia, notificada el 13 de octubre de 2025, obliga a corregir de nuevo esa pregunta para todos los aspirantes. Y aunque garantiza que los agentes ya incorporados no perderán su plaza, también reconoce que el orden de prelación puede cambiar. Es decir: que quienes fueron descartados por décimas, por una mala corrección, podrían haber estado dentro.

¿Quién responde por esto?

  • El tribunal calificador, que cometió el error.

  • El Ayuntamiento, que supervisó el proceso.

  • Los contribuyentes, que pagarán la revisión.

  • Los aspirantes, que confiaron en un sistema que les falló.

Durante meses se ignoraron las reclamaciones. Se blindó un procedimiento que ahora se desarma por orden judicial. Y todo porque quienes tenían la responsabilidad de evaluar con rigor, fallaron.

Pero lo más grave no es el error. Lo más grave es que los funcionarios que tienen la última palabra en estos procesos, también pueden equivocarse… y nadie parece estar obligado a responder por ello.

Porque si un opositor se equivoca, se queda fuera. Pero si se equivoca el tribunal, se repite la pregunta. Y todos seguimos como si nada.

detelde.es