Cuando la política es cuestión de salario y no de compromiso

La renuncia de Héctor León Jiménez como concejal del Ayuntamiento de Telde es otro ejemplo más de un fenómeno que se repite con demasiada frecuencia en la política local: el abandono del cargo cuando las condiciones salariales no son favorables. Aunque los motivos oficiales de su renuncia se justifican como "personales y laborales", la realidad es que esta práctica deja a quienes confiaron en él con el compromiso roto y la sensación de haber sido utilizados.

No es la primera vez que un representante público, al no obtener un puesto con un sueldo atractivo, decide apartarse del camino en lugar de asumir con responsabilidad el rol que le ha conferido la voluntad popular. La oposición no debería ser vista como una carga, sino como un espacio de trabajo fundamental para el equilibrio democrático. Sin embargo, en Telde, parece que ocupar un cargo sin remuneración suficiente es razón suficiente para darse la vuelta y abandonar el barco.

Este tipo de actitudes generan un profundo desencanto ciudadano y una clara sensación de desamparo. ¿De qué sirve confiar en un político si, cuando las condiciones no son las ideales, decide marcharse sin más? La política no es un empleo, es un compromiso. Y quienes no lo entiendan deberían pensarlo dos veces antes de presentarse a las elecciones.

Ahora, el Ayuntamiento deberá cubrir su vacante y buscar quién tome el relevo. Pero el daño ya está hecho: la confianza de quienes apostaron por él ha quedado en entredicho. Y este episodio se suma a una larga lista de situaciones similares que han convertido el panorama político en Telde en un reflejo de oportunismo y falta de compromiso.

El Faro