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2 de Junio de 2025 a las 20:20

¿Cuántos incendios más harán falta para que el Ayuntamiento de Telde actúe?

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La pregunta ya no es retórica, es una exigencia. ¿Cuántos incendios más tienen que ocurrir en Telde para que se ponga fin a la peligrosa proliferación de casas abandonadas y solares ruinosos convertidos en trampas de fuego?

Este lunes, mientras en pleno corazón comercial de San Gregorio seguimos mirando con preocupación una vivienda en ruinas donde ya se han registrado pequeños conatos de incendio, nos sacude la noticia de un segundo fuego en menos de 48 horas en la misma casa abandonada del paseo marítimo de Taliarte. Las llamas volvieron a levantar columnas de humo que alarmaron a residentes y visitantes, y a estas alturas nadie cree ya que esto sea casualidad.

El abandono institucional es evidente. En Taliarte, Jinámar, Melenara y Salinetas ya van al menos ocho incendios en pocas semanas: casas derruidas, coches, contenedores, un pinar… y aún así, no hay vigilancia, ni investigaciones abiertas, ni medidas de urgencia visibles por parte del Ayuntamiento.

¿Dónde están los planes de choque? ¿Dónde está la limpieza urgente de solares? ¿Dónde está el derribo de estructuras que hoy son guaridas, vertederos e incluso armas de fuego en potencia? ¿Acaso hay que esperar a una desgracia humana para actuar?



La vivienda en ruinas de San Gregorio, que aparece en la imagen publicada recientemente por detelde.es, es solo un ejemplo más del urbanismo congelado desde 2002, cuando se redactó el actual Plan General de Ordenación Urbana. Desde entonces, ni una sola iniciativa clara para regenerar, sanear o reconvertir estas ruinas urbanas.

Para más inri, ese solar está situado justo donde cada año se instala la feria de San Gregorio. ¿Y si la próxima vez el incendio ocurre en plena actividad ferial? ¿Y si hay niños dentro? ¿Hasta cuándo vamos a jugarnos la vida por desidia institucional?

Los vecinos lo tienen claro: hace falta más policía, más cámaras de seguridad, más limpieza y menos burocracia. Basta ya de mirar para otro lado mientras la ciudad arde por sus márgenes. Lo que está pasando en Telde no es una anécdota, es una amenaza latente que crece con cada noche sin luz, con cada solar abandonado, con cada vivienda en ruinas que se deja a su suerte.

Redaccion DNT