Cuarenta años con voz propia

No hay efeméride más elocuente que la que no necesita decorado. Hoy, Telde celebra cuatro décadas de una mirada que no ha dejado de observarnos: la de Antonio María González Padrón, Cronista Oficial desde 1985 y Hijo Predilecto por derecho y por obra. No por decreto.

Su nombre no aparece en titulares por costumbre, sino por consecuencia. Porque cuando Telde se pregunta quién ha contado su historia sin pedir nada a cambio, la respuesta no se busca: se recuerda. Más de 25 monografías, cientos de artículos, conferencias, charlas, visitas guiadas, correcciones discretas y advertencias oportunas. Antonio María ha sido el archivo con alma, el testigo con criterio, el custodio sin uniforme.

Hoy el Ayuntamiento le rinde homenaje, y el alcalde recoge el testigo con palabras que reconocen lo esencial: que la historia no se escribe sola, y que el futuro sin raíces es solo una ocurrencia. Pero más allá del protocolo, lo que se celebra es una forma de estar: la de quien no ha dejado que Telde se olvide de sí misma.

No hay medalla que pese más que la gratitud de un pueblo. Y no hay cronista más legítimo que el que ha hecho de su oficio una forma de amar sin ruido. Gracias, Antonio María, por enseñarnos que la memoria no es un archivo, sino una actitud.

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