Cultura en Telde: ¿Fiesta o farsa?

Mientras en Tenerife se aplaude la obra de uno de los escritores más prolíficos de Canarias, en Telde se le ignora. Así lo denuncia el propio Julio César González Padrón, autor de más de una decena de libros que abarcan desde narrativa y poesía hasta tratados sobre el léxico canario. En plena gira de promoción de su último trabajo, “La Maldicion del Negro”, González Padrón se encuentra rodeado de reconocimientos en tierras chicharreras, mientras en su ciudad natal, el silencio institucional es ensordecedor.

“Me siento como un apestado literario”, confiesa el escritor. “Aquí en Tenerife me dan un baño de aclamaciones y reconocimientos entre multitudes. En Telde, en cambio, prefieren el libro de Belén Esteban”.

La crítica no se queda en lo anecdótico. El foco se dirige al concejal de Cultura de Telde, cuya gestión parece más orientada a la organización de fiestas que al fomento de la cultura. “¿Tres asesores para qué?”, se pregunta la ciudadanía. “¿Y el concejal, por qué cobra?”. La cultura que se ofrece desde el consistorio, según denuncian varios agentes culturales, no nace de una planificación seria ni de una visión artística, sino de un equipo de asesores pagados con dinero público que improvisa eventos sin alma ni contenido.

Mientras tanto, escritores como González Padrón deben buscar apoyo fuera. “Radio Aventura Siglo 21 ha sido la única que me ha dado facilidades para divulgar nuestra cultura canaria y promocionar mis libros”, afirma. “Ni siquiera la radio pública, que pagamos entre todos, se ha molestado en hacerlo”.

La situación plantea una pregunta incómoda: ¿qué entiende el Ayuntamiento de Telde por cultura? ¿Es cultura una verbena con DJ y batucada? ¿O es cultura el trabajo silencioso de quienes escriben, investigan y preservan la identidad canaria?

González Padrón ha decidido quedarse unos días más en Tenerife para atender a otras entidades culturales que sí valoran su obra. “Estos chichas se lo merecen”, dice. Y mientras tanto, en Telde, la cultura sigue esperando que alguien la tome en serio.

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