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1 de Junio de 2024 a las 21:39

Desenmascarando la falacia de la gestión de Paco Santiago

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No nos vamos a quedar tan panchos viendo cómo ciertos periodistas, como Evaristo Quintana, siguen glorificando la gestión de Paco Santiago en Telde, pintando un cuadro idílico que dista mucho de la realidad. Quintana, en su artículo publicado en TELDEACTUALIDAD presenta a Santiago como un salvador, el artífice de un supuesto renacimiento urbano y social. Sin embargo, quienes vivimos esa época sabemos que esta narrativa es una distorsión de la verdad y un intento de lavar la imagen de un gestor que, lejos de ser un héroe, tuvo un papel cuestionable en la historia reciente de Telde.

En primer lugar, es crucial desmitificar la idea de que Paco Santiago transformó Telde en un paraíso de desarrollo y progreso. Sí, se construyeron colegios, plazas y canchas deportivas, pero estos proyectos no fueron fruto de una gestión ejemplar, sino de la llegada masiva de fondos europeos que cualquier alcalde, con un mínimo de sentido común, habría utilizado de manera similar. Santiago no hizo más que lo mínimo esperado en un contexto de bonanza económica, y, en muchos casos, sus decisiones se centraron en proyectos vistosos pero de dudosa utilidad a largo plazo.

Las "flores y rotondas" que tanto defiende Quintana son un símbolo perfecto de una administración enfocada en el maquillaje superficial, en lugar de en resolver los problemas estructurales de la ciudad. Millones de euros se fueron en embellecer las avenidas, mientras los barrios periféricos seguían sumidos en el abandono. La falta de una visión integral y equitativa en el desarrollo urbano dejó una herencia de desigualdad que aún hoy afecta a muchos ciudadanos de Telde.

Es preocupante también la falta de crítica hacia el endeudamiento y la gestión financiera de aquella época. Quintana omite convenientemente mencionar cómo la administración de Santiago contribuyó a una carga económica que las generaciones posteriores han tenido que soportar. Los gastos desmesurados en obras de relumbrón se tradujeron en una deuda que limitó la capacidad de maniobra de administraciones posteriores, enfrentadas a una situación económica mucho más restrictiva y sin los mismos recursos europeos que Santiago disfrutó.

Comparar la gestión de Paco Santiago con periodos de crisis como el "Caso Faycán" es una táctica fácil pero deshonesta. Sí, el escándalo Faycán fue una mancha negra en la historia de Telde, pero utilizarlo para exaltar a Santiago es una falacia argumentativa. La verdadera comparación debería hacerse con administraciones que, con muchos menos recursos, lograron mantener la estabilidad de la ciudad sin endeudarla hasta el cuello y sin recurrir a medidas populistas y superficiales.

Finalmente, es hora de que periodistas como Evaristo Quintana dejen de actuar como estómagos agradecidos y empiecen a ofrecer una visión crítica y honesta de la historia de nuestra ciudad. La defensa a ultranza de figuras como Paco Santiago no hace más que perpetuar una narrativa falsa y desinformada que impide un análisis serio y constructivo del pasado. Telde necesita mirar hacia adelante, aprendiendo de los errores del pasado y evitando caer en el culto a personalidades cuya gestión, lejos de ser ejemplar, fue una mezcla de oportunidades desaprovechadas y decisiones cuestionables.

En resumen, Paco Santiago no fue el salvador de Telde. Fue un alcalde con luces y sombras, cuyas acciones deben ser examinadas con rigor y sin los tintes de la adulación incondicional. Solo así podremos construir una ciudad mejor, basada en la transparencia, la equidad y la responsabilidad.

Radio Aventura Siglo 21 / 2000-2024