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30 de Mayo de 2025 a las 00:14

La vergonzosa realidad del potrero municipal de Telde

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El desolador estado en el que se encuentra el “nuevo” Potrero Municipal de Telde es un claro reflejo de la desidia y la negligencia de los funcionarios responsables. A pesar de las constantes denuncias y del evidente deterioro de este espacio, los jefes de servicio que deben velar por su correcto funcionamiento siguen sin actuar. El problema, lejos de recaer únicamente en la clase política, apunta también directamente a estos funcionarios que, mes a mes, siguen recibiendo sus salarios mientras el problema persiste.

Este espacio, que se suponía sería una solución moderna y eficiente para el municipio, ha sido nada menos que una enorme inversión mal gestionada. En lugar de cumplir con su propósito, hoy se encuentra en un estado deplorable, abandonado y con instalaciones que se usan ilegalmente por empresas privadas como BALAGE, que ha encontrado un uso en su propio beneficio, ante la total pasividad del ayuntamiento.

Desde nuestro diario, ya el pasado 24 de julio de 2024 denunciamos esta situación. Hoy, 30 de Mayo de 2025, seguimos viendo las mismas escenas de abandono. La imagen que acompaña a esta noticia fue tomada cuando se hizo el reportaje, y evidencia el nivel de deterioro y el mal uso de las instalaciones. No se trata solo de un error político, sino de una clara falta de responsabilidad por parte de aquellos que, dentro del ayuntamiento, tienen el deber de supervisar y gestionar los servicios municipales. Los jefes de servicio, que son los que firman y autorizan, están faltando a su responsabilidad de proteger el patrimonio público.

La corrupción en la gestión municipal

Lo más indignante de esta situación no es solo el estado del potrero, sino la evidente connivencia entre entidades privadas y la administración local. En el caso del potrero gestionado por BALAGE, situado por encima del Lomo Cementerio, se ha permitido que esta empresa utilice las instalaciones municipales para su propio beneficio. Peor aún, ciudadanos que han visto sus vehículos retirados se ven obligados a desplazarse hasta allí, con la complicidad de la policía local de Telde, demostrando una clara falta de transparencia y una posible red de intereses ocultos entre la administración y esta empresa privada.

Los funcionarios, principales responsables del caos

Es muy fácil culpar a los políticos por la inoperancia y el caos, pero en este caso debemos mirar más allá. Los funcionarios, especialmente los jefes de servicio, que son los que firman y autorizan, no pueden ser exonerados de esta responsabilidad. Estos cargos, que se supone deben garantizar el buen funcionamiento de los servicios públicos, han demostrado una alarmante falta de compromiso. ¿Cómo es posible que sigan cobrando su salario sin hacer absolutamente nada para corregir esta situación?

El verdadero problema aquí es la falta de rendición de cuentas. Estos funcionarios parecen operar bajo una absoluta impunidad, mientras los recursos públicos se malgastan y el patrimonio municipal se sigue deteriorando. No es solo cuestión de ineficiencia, es una clara muestra de que aquellos que deberían estar al frente, gestionando con diligencia, simplemente no están cumpliendo con su deber.

Exigencia de acciones inmediatas

Desde este medio de comunicación, exigimos una respuesta inmediata y contundente. No se puede permitir que los responsables sigan cobrando sus salarios mientras el Potrero Municipal sigue siendo un espacio de desidia y corrupción. Es hora de que los jefes de servicio y los funcionarios responsables rindan cuentas por su incompetencia.

Las autoridades deben tomar cartas en el asunto, no solo para rescatar este espacio público, sino también para investigar las conexiones entre las entidades privadas y la administración municipal. No podemos seguir permitiendo que el patrimonio de los ciudadanos de Telde sea gestionado de esta manera tan negligente y corrupta.

El Potrero Municipal no puede seguir siendo un símbolo de la incompetencia de quienes, desde sus cómodas oficinas, permiten que se desperdicie el dinero público mientras las instalaciones municipales caen en ruinas. Es el momento de exigir responsabilidad, transparencia y, sobre todo, acción.

Redaccion DNT