¿Dónde están los fotógrafos de Telde? El “concurso” que no fue concurso

El Ayuntamiento de Telde, a través del Programa de Formación en Alternancia con el Empleo (PFAE) Marisma, ha anunciado a bombo y platillo el concurso y exposición fotográfica “Marisma, una mirada al patrimonio turístico de Telde”. Pero, ¿de verdad fue un concurso? Parece que no. Según la información disponible, todas las imágenes provienen del alumnado y el equipo técnico del programa. ¿Y el resto de fotógrafos, tanto profesionales como aficionados de Telde? Ni rastro.

La concejala de Desarrollo Local, Nayra Navarro, responsable de esta iniciativa, parece haber olvidado un pequeño detalle: informar cómo participar. Aunque lo de gestionar recursos y oportunidades no parece ser su fuerte últimamente, si recordamos esos 2 millones de euros en subvenciones, que según dicen, se le escurrieron entre las manos.

Una convocatoria fantasma

Lo llamaron “concurso”, pero en realidad las fotos ya estaban elegidas antes de que nadie se enterara. Al parecer, los únicos que podían participar eran los alumnos del PFAE. ¿Y los fotógrafos de Telde? ¿Los aficionados y profesionales que habrían estado encantados de contribuir? Parece que no se les ocurrió abrir el concurso a la ciudadanía, quizá por “falta de tiempo”, o por las mismas razones por las que se pierden subvenciones millonarias.

Participación limitada al “me gusta”

Eso sí, ahora se invita al público a votar por sus imágenes favoritas en redes sociales. Una participación simbólica, limitada a un clic. Pero los talentos fotográficos de Telde ni siquiera tuvieron la oportunidad de enviar una foto. ¿Cuántas oportunidades más de incluir a la comunidad va a dejar pasar esta concejalía?

Para la próxima, menos filtros

Telde tiene un enorme potencial cultural y fotográfico. Sin embargo, iniciativas como esta parecen más pensadas para cubrir expediente que para fomentar la verdadera participación ciudadana. ¿Por qué no abrir el proceso en futuras ediciones? Quizá así no solo se logre un proyecto más inclusivo, sino también evitar ese regusto a improvisación que deja este “concurso”.

Mientras tanto, disfrutemos de las fotos expuestas en la Feria de la Naranja, aunque sigamos preguntándonos quién decidió que esto era un concurso y, sobre todo, por qué Telde pierde oportunidades hasta en los detalles más sencillos.

 El Faro