1 de Septiembre de 2024 a las 14:01
La solución pasa por una vigilancia más estricta del cumplimiento de las licencias municipales y, en caso necesario, la implementación de medidas más drásticas para asegurar que los taxistas de Telde prioricen a los ciudadanos de Telde. Es imprescindible que se restablezca la confianza en este servicio esencial.
El sector del taxi en el municipio de Telde se encuentra en una situación crítica que ya no puede seguir siendo ignorada. Aunque el taxi es un servicio esencial que debería estar a disposición de los ciudadanos de Telde en todo momento, la realidad es que este servicio ha dejado mucho que desear en los últimos años. Cada vez es más común que los residentes se encuentren sin taxis disponibles, especialmente en momentos de alta demanda, como ocurrió recientemente en la noche del 31 de agosto en Melenara, cuando más de 40.000 personas se congregaron para ver un espectáculo pirotécnico y, al finalizar, descubrieron que encontrar un taxi era una misión casi imposible.
Este problema, sin embargo, no es nuevo. Los ciudadanos de Telde llevan años sufriendo la falta de taxis en su propio municipio, mientras que los vehículos con licencias municipales de Telde se ven con frecuencia en otros lugares de la isla de Gran Canaria, especialmente en zonas turísticas o cerca del aeropuerto. Es evidente que muchos taxistas prefieren trasladar a turistas que pagan carreras más lucrativas, dejando atrás su obligación de servir a los residentes de Telde, quienes, en teoría, son su prioridad.
Esta práctica de priorizar el transporte de turistas en detrimento del servicio local es un abuso que ha pasado desapercibido o, peor aún, ha sido ignorado por las autoridades competentes. Los taxistas que se esconden en las cercanías del aeropuerto a la espera de un cliente turístico están faltando a su deber, pues sus licencias les obligan a operar principalmente dentro del municipio que las concede. En lugar de garantizar un servicio de calidad y accesible para los habitantes de Telde, están distorsionando el mercado en busca de carreras más largas y rentables, en perjuicio de quienes más los necesitan.
La situación es insostenible y está alcanzando un punto de no retorno. El caos vivido en Melenara durante la reciente festividad es solo un ejemplo más de un problema endémico que requiere una intervención urgente. Los ciudadanos de Telde no deberían tener que subir hasta el Cruce de Melenara, o incluso más lejos, en busca de un taxi que nunca llega. La falta de taxis disponibles en estos eventos masivos pone de manifiesto la grave desorganización y la falta de compromiso por parte de los profesionales del sector.
Es hora de que las autoridades municipales de Telde tomen cartas en el asunto y apliquen sanciones a aquellos taxistas que no cumplen con su deber. Las normas y regulaciones existen por una razón, y es imperativo que se hagan cumplir para garantizar que los servicios públicos funcionen de manera eficiente. La dejadez y el abuso no pueden seguir siendo tolerados. La población de Telde merece un servicio de taxi que esté a la altura de sus necesidades, un servicio que sea fiable y que esté disponible cuando más se necesita.
La solución pasa por una vigilancia más estricta del cumplimiento de las licencias municipales y, en caso necesario, la implementación de medidas más drásticas para asegurar que los taxistas de Telde prioricen a los ciudadanos de Telde. Es imprescindible que se restablezca la confianza en este servicio esencial. Si el problema persiste, no solo se verá afectada la movilidad dentro del municipio, sino que también se estará enviando un mensaje de que el interés económico puede prevalecer sobre el bienestar de la comunidad.
En definitiva, la situación del taxi en Telde es un reflejo de la falta de control y regulación efectiva. Alguien tiene que poner mano dura para que este servicio funcione como debe, y ese alguien no puede ser otro que las autoridades municipales. El tiempo de las excusas ha pasado; es hora de actuar y devolver a los ciudadanos de Telde el servicio que merecen.
El Faro