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24 de Marzo de 2025 a las 18:00

El Cernícalo opina: La hipocresía de la “oposición” en Telde

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Es imposible no sentir vergüenza ajena ante el espectáculo de la “oposición” en Telde, que ahora, como si fueran la conciencia moral de la ciudad, piden cuentas a Gestel sobre la organización del Carnaval 2025. Lo que, en su momento, parece ser una crítica constructiva o una actitud fiscalizadora, más bien se convierte en una muestra flagrante de hipocresía y doble moral. ¿Acaso no se dan cuenta de lo ridículo de su postura? ¡Qué descaro!

Para empezar, es necesario recordar que Gestel no cayó del cielo. Esta empresa pública fue creada por ellos mismos en uno de sus mandatos, precisamente con fines muy claros y bien conocidos por todos, sobre todo por aquellos que ahora se rasgan las vestiduras pidiendo transparencia. Gestel fue pensada y estructurada bajo su propio diseño y es, por lo tanto, una creación que responde a sus intereses y necesidades de gestión. ¿Y ahora vienen a exigir que rinda cuentas por un carnaval de 230.000 euros? ¿En serio? Claro que sí, porque ahora les conviene seguir con la cantinela de la “transparencia” para hacer ruido. Pero no olvidemos que la misma estructura que criticamos hoy fue una idea suya, ¿o acaso no recuerdan cómo la concibieron?

Si tanto les preocupa la transparencia y el procedimiento administrativo, ¿por qué no empiezan por presentar también las cuentas de los eventos de su propio mandato? Porque es evidente que la falta de transparencia no es algo exclusivo del actual gobierno; todo sigue igual, pero ahora con ellos como críticos. Parece que la memoria selectiva juega a su favor cuando se sienten acorralados.

El Carnaval de Telde 2025 ha sido un éxito rotundo, con un presupuesto de 230.000 euros que, lejos de ser derrochado, se ha gestionado con eficacia, cumpliendo con la mayoría de las expectativas y necesidades de los ciudadanos. Los asistentes han disfrutado de los actos con una afluencia notable, y es exactamente esto lo que deberían felicitar, no criticar sin fundamentos. Pero no, la “oposición” prefiere poner el foco en lo que puede ser un pequeño resquicio de la gestión del evento para alimentar su narrativa de ineficiencia y descontrol. ¿Por qué no hablar de lo que han logrado los organizadores en lugar de buscar lo negativo?

Ahora, y aquí viene lo realmente interesante, ¿qué tal si la “oposición” tiene el valor de pedir que Gestel también desvele cuánto se ha gastado en publicidad y medios de comunicación? ¿Serán capaces de exigir que se publique la lista de medios que han recibido esos miles y miles de euros de dinero público? Seguro que algunos de esos medios se sentirán muy incómodos con la revelación, pero eso no les impide estar recibiendo grandes sumas mientras el resto de la ciudadanía permanece al margen, sin saber ni cómo ni por qué se han asignado esos recursos. El silencio en torno a este tema es ensordecedor, y sin duda, hay mucho que se debería aclarar al respecto.

El carnaval sigue su curso y culminará con el tradicional Entierro de la Sardina, un acto que, por cierto, también debería servir para enterrar la constante mentira de aquellos que se autodenominan “oposición”. Si verdaderamente fueran responsables y transparentes como dicen ser, deberían empezar a asumir su parte de responsabilidad por los años de gestión opaca que dejaron atrás. Que no vengan a pedir cuentas ahora, cuando ellos mismos fueron quienes construyeron el mismo engranaje que tanto critican.

Parece que, en lugar de mirar hacia adelante y contribuir al desarrollo de Telde, algunos siguen estancados en la cómoda crítica destructiva. Pero lo que nos enseñan estas posturas es claro: la política de la “oposición” se ha convertido en un circo de oportunismo. Mientras se llenan la boca de “rendición de cuentas”, lo que realmente quieren es aprovechar cualquier mínimo desliz para volver al poder, sin importarles si lo que proponen tiene algún tipo de coherencia.

La verdadera rendición de cuentas, la que realmente importa, debería ser hacia los ciudadanos, que son los que deben tener claridad sobre cómo se han gestionado sus recursos públicos, tanto en el presente como en el pasado. Y en este aspecto, lo que está claro es que los responsables de la falta de transparencia no son solo los actuales gobernantes, sino también quienes alguna vez tuvieron el control y prefieren no recordar su propio legado.

Así que, al final, señores de la oposición, antes de señalar con el dedo, miren primero en el espejo. Porque pedir cuentas de algo que ustedes mismos ayudaron a crear, sin haber rendido las propias, es lo que realmente resulta vergonzoso. Y si de verdad tienen la intención de pedir transparencia, que empiecen por exigir que se publique el gasto en medios de comunicación y publicidad, y que nombren a esos medios que se han beneficiado de cantidades astronómicas. Ahí estará la verdadera prueba de su compromiso con la transparencia.

 El Cernícalo