El Padre Ricardo no solo lleva el mensaje de Dios, sino que se ha convertido en un pilar de esperanza para muchas personas, incluyendo jóvenes en riesgo, parejas que buscan orientación y drogodependientes que han acudido a él en busca de ayuda.
"El Padre Ricardo ha ayudado a muchas personas con problemas de adicción. Hay padres que, cuando lo ven, le piden ayuda desesperadamente, porque saben que tiene una forma única de conectar con los jóvenes", relata José Castro Medina, presidente de la Asociación de Vecinos San Pedro, en declaraciones al Diario de Noticias de Telde (DNT).

Un refugio espiritual y social
La parroquia de San Pedro en El Ejido se ha convertido en un lugar de encuentro, consuelo y transformación, donde la fe se une a la acción social.
"Cuando escuchas a Don Ricardo, sientes que sus palabras llegan al alma. Es capaz de transmitir un mensaje de amor y esperanza que realmente toca a la gente", expresa María González, fiel que acude cada semana a sus misas.
"No solo nos guía espiritualmente, sino que nos ayuda en momentos difíciles. Es un verdadero apoyo para quienes no encuentran salida", añade Antonio Ramírez, vecino del barrio.
El Ejido, epicentro de una nueva comunidad de fe
Este movimiento de fe y transformación no deja de crecer día tras día, demostrando que la palabra de Dios, cuando es transmitida con cercanía y empatía, puede hacer un impacto profundo en la vida de las personas.
"Gracias a él, muchas familias han recuperado la esperanza. Su dedicación va más allá de la iglesia: realmente está cambiando vidas", destaca Carmen Suárez, una fiel que viaja desde otro municipio solo para escucharlo.
El Padre Ricardo se ha convertido en una figura clave para la comunidad de Telde, demostrando que su misión es mucho más que espiritual, es humana, social y profundamente transformadora.
Así, el ‘Efecto Padre Ricardo’ sigue extendiéndose, convirtiendo El Ejido en un epicentro de fe, esperanza y solidaridad.
Redacción DNT