9 de Diciembre de 2024 a las 01:42
¿De qué sirve invertir millones en mantener a más de 400 trabajadores si el resultado es la constante devolución de fondos esenciales para el desarrollo de la ciudad? La función pública no puede ser un refugio de ineficiencia; debe ser un motor para el progreso.
En los últimos 18 meses, el Ayuntamiento de Telde ha devuelto más de 1.574.000€ en subvenciones que podrían haber supuesto mejoras significativas para el municipio. Este dinero, proveniente de administraciones como el Cabildo de Gran Canaria, estaba destinado a proyectos que abarcaban desde la rehabilitación de infraestructuras deportivas hasta iniciativas culturales, de igualdad y juventud. Sin embargo, la causa de esta pérdida no radica exclusivamente en el equipo político de turno, sino en el fallo de un engranaje crucial: el cuerpo funcionarial del Ayuntamiento de Telde
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Subvenciones perdidas: una cadena de responsabilidades administrativas
El sistema está diseñado para que los funcionarios sean los responsables directos de gestionar y ejecutar estas subvenciones. Desde el cumplimiento de plazos hasta la redacción de los proyectos necesarios, es el personal técnico quien debe garantizar que los fondos lleguen a su destino. No obstante, en Telde, con una plantilla que supera los 400 funcionarios, parece que este mecanismo administrativo ha fallado estrepitosamente.
Entre las subvenciones devueltas destacan:
800.000€ para infraestructuras deportivas, como el Campo de Lucha Amado Díaz Guillén o las luminarias del Campo de Fútbol de Melenara.
606.000€ destinados a rehabilitar la biblioteca Montiano Placeres y la Casa León y Joven.
18.000€ para proyectos juveniles.
15.028€ del proyecto de igualdad “Gran Canaria Infinita”.
Estos fondos no se pierden porque sí. Se pierden porque las áreas encargadas de gestionarlos no cumplen con su trabajo. Y esas áreas están sostenidas por funcionarios cuyo deber es velar por que estas oportunidades no se desperdicien.
Un sistema costoso e ineficiente
El Ayuntamiento de Telde invierte mensualmente una cantidad considerable en pagar a su personal funcionarial. Estos trabajadores, cuya estabilidad laboral está garantizada por la administración pública, deberían ser los pilares que aseguren la ejecución correcta de los proyectos. Si no es así, ¿qué sentido tiene mantener una estructura tan costosa?
La devolución de subvenciones pone en evidencia no solo la falta de liderazgo político, sino una alarmante ineficiencia técnica. El problema no es nuevo: año tras año, Telde acumula pérdidas similares, lo que sugiere que no estamos ante un error puntual, sino ante una crisis estructural dentro del engranaje administrativo.
Los funcionarios, una pieza clave que no está funcionando
Es hora de dejar de mirar exclusivamente al gobierno de turno y empezar a exigir responsabilidad al personal que gestiona estas áreas. La burocracia, los retrasos y la falta de diligencia son cuestiones directamente atribuibles a quienes ocupan estas posiciones técnicas.
¿De qué sirve invertir millones en mantener a más de 400 trabajadores si el resultado es la constante devolución de fondos esenciales para el desarrollo de la ciudad? La función pública no puede ser un refugio de ineficiencia; debe ser un motor para el progreso.
El cambio debe empezar en la administración
La pérdida de 1.574.000€ en subvenciones no es únicamente una consecuencia de una mala dirección política, sino de un sistema administrativo que ha demostrado ser incapaz de cumplir con su función. Si los funcionarios no pueden garantizar el aprovechamiento de los recursos que llegan al municipio, es necesario replantear el modelo y exigir responsabilidades claras.
El Ayuntamiento de Telde necesita reformas profundas en su estructura interna. Sin una administración ágil, responsable y comprometida, el progreso del municipio será siempre una asignatura pendiente. La pregunta que debemos hacernos no es solo qué hace el gobierno municipal, sino qué están haciendo los funcionarios para justificar el dinero que reciben mes tras mes.