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30 de Agosto de 2024 a las 09:37

Éxito de cine en Salinetas: La gente acude por falta de otras opciones

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Crítica al Concejal de Cultura de Telde, Juan Martel: Un Éxito de Cine que Llega Demasiado Tarde

En el ocaso del verano, con los días de playa contados y las noches más frescas, el Concejal de Cultura de Telde, Juan Martel Santana, presume de lo que parece ser el mayor éxito del verano: la proyección de *El gato con botas: El último deseo* en la playa de Salinetas. Con esta actividad, Martel proclama haber cerrado con un "éxito histórico" una temporada de cine al aire libre que, según él, ha revitalizado el interés cultural de la ciudadanía. Sin embargo, la pregunta que muchos se hacen es: ¿dónde ha estado la programación cultural durante el resto del verano?

No se puede negar que el cine al aire libre es una excelente propuesta cultural, y que la proyección de esta noche probablemente atraerá a una gran cantidad de personas ansiosas por disfrutar de una actividad veraniega que, lamentablemente, ha brillado por su ausencia durante la mayor parte de la temporada. Mientras Martel celebra el éxito de un evento que llega casi en el último suspiro del verano, la realidad es que los residentes de Telde se han visto privados de una oferta cultural significativa durante los meses de julio y agosto.

Es comprensible que, ante la falta de alternativas, los habitantes de Telde se vuelquen en masa hacia la proyección de esta noche. No obstante, este entusiasmo no debe interpretarse como un respaldo incondicional a la gestión cultural de Martel, sino más bien como un reflejo del vacío que ha caracterizado la agenda estival. Durante semanas, los ciudadanos han visto pasar el verano con poca o ninguna oferta de ocio más allá de la omnipresente Biblioplaya, un servicio valioso pero insuficiente para satisfacer las necesidades culturales de una población diversa y ávida de actividades.

El ciclo de cine en la playa, que se presenta como el gran logro del concejal, debería haber sido solo una parte de un programa cultural más amplio y continuo. En lugar de ello, se ha limitado a un evento tardío que, si bien ha despertado el interés del público, llega demasiado tarde para rescatar un verano que ha dejado mucho que desear en términos de gestión cultural.

En definitiva, el "éxito histórico" que Juan Martel pretende vendernos no es más que un espejismo. Una única actividad, por muy concurrida que sea, no puede compensar la falta de una programación cultural robusta y variada durante todo el verano. Telde merece más que una pantalla y dos altavoces en la playa a finales de agosto. Merece una gestión cultural que realmente esté a la altura de las expectativas de sus ciudadanos durante todo el año.

El Faro