23 de Agosto de 2024 a las 06:02
Los usuarios del popular corredor paisajístico del Barranco Real de Telde no daban crédito a sus ojos al encontrarse con un escenario digno de una película de misterio caribeño: nada menos que 70 sacos blancos esparcidos a lo largo del recorrido, justo a la altura del restaurante El Cortijo. ¿Qué significado oculto podría tener semejante despliegue?
Aunque a primera vista la escena parece sacada de un ritual de santería, los más enterados del lugar no dudan en señalar a una posible responsable: la famosa Octogenaria, cuyo nombre es tan icónico como el de aquella niña que bailaba con el gorila en la televisión. La anciana, conocida por su carácter temperamental y mente maliciosa, se enfrenta a un aluvión de demandas judiciales que podrían obligarla a desembolsar una fortuna. Y parece que, en su desesperación, ha decidido tomar cartas en el asunto a su peculiar manera.
Los vecinos están divididos entre quienes creen que los sacos forman parte de un ritual para invocar fuerzas oscuras y quienes piensan que es simplemente otra de las estratagemas de la anciana para lidiar con la creciente presión legal. Conocida por su astucia y, quizás, un toque de demencia producto de la edad, no sería la primera vez que la Octogenaria recurre a métodos poco ortodoxos para salir de apuros.
Los denunciantes han mostrado su indignación ante lo que consideran un acto insólito y han solicitado a las autoridades que investiguen a fondo para localizar a los responsables y aplicar las sanciones correspondientes. Sin embargo, entre risas y comentarios, muchos sospechan que este misterioso despliegue de sacos blancos no es más que el resultado de una rabieta monumental de la Octogenaria, una reacción exagerada a las demandas que la acechan.
¿Será este el último truco bajo la manga de la Octogenaria, o simplemente el principio de algo mucho más grande y misterioso? Lo que es seguro es que, en Telde, la expectación está servida y más de uno no se perderá el desenlace de esta historia.