23 de Abril de 2025 a las 00:00
La carretera GC-100, ese lazo de asfalto que une Ingenio con Telde, serpentea entre barrancos, laderas y vistas al mar. Es más que una vía secundaria: es un escenario natural donde cada día ruedan bicicletas venidas de todas partes del mundo. Ciclistas que escogen nuestras islas no solo por el clima, sino porque Gran Canaria, en especial su sureste, es ya un referente del entrenamiento al aire libre. Pero algo falla: esa carretera no los está protegiendo.
Una carretera con alma de pista ciclista
La GC-100 debería ser declarada vía preferente para ciclistas, porque lo es de facto. Decenas de deportistas la recorren cada semana, a veces solos, a veces en pelotón, desafiando el viento, el desnivel y —más peligroso que cualquier cuesta— la falta de conciencia de algunos conductores y la ausencia de infraestructura segura. Y sin embargo, en esta vía aún no se ha registrado ninguna tragedia grave con ciclistas. Un milagro. Pero sabemos que las estadísticas siempre son generosas hasta el día en que dejan de serlo
Más vale prevenir
En la imagen que acompaña este artículo, dos ciclistas bajan la GC-100 al caer la tarde. No llevan luces. Una curva ciega. Un coche rápido. Una distracción mínima. Y ya no estaríamos escribiendo para prevenir, sino para lamentar.
No podemos permitirlo.
¿Qué proponemos?
1. Declaración oficial como ruta preferente para ciclismo: esto implicaría señalización específica, campañas de concienciación y límites de velocidad más estrictos.
2. Control de velocidad real y constante: radares fijos o móviles, sobre todo en tramos de descenso o visibilidad reducida.
3. Mejora del arcén o creación de carril bici señalizado donde sea posible. Un simple trazo blanco puede significar una vida salvada.
4. Educación a ciclistas y conductores: ambos comparten la vía y ambos tienen deberes. Luces, chalecos reflectantes y sentido común deben ser equipamiento obligatorio.
5. Aprovechar el turismo deportivo como motor económico: lo que para algunos es sólo una carretera secundaria, para otros es una pista de entrenamiento olímpico. Cuidarla es una inversión.
La GC-100 es una joya desaprovechada. No esperemos a que ocurra una tragedia para empezar a protegerla. El ciclismo no es solo un deporte: es salud, turismo, sostenibilidad y respeto. Y este tramo de Gran Canaria, con sus vistas y su trazado, debería ser símbolo de todo eso.
Que no digamos “ya lo advertimos” cuando sea tarde. Digamos “lo hicimos a tiempo”.
Redacción DNT