Iván Pérez sigue desaparecido: 27 días sin respuestas y el silencio institucional se instala en Telde

Han pasado ya 27 días desde que Iván José Pérez Alejandro, vecino de Telde de 42 años, desapareció sin dejar rastro. La última vez que se le vio fue el 15 de octubre, y desde entonces, la incertidumbre y la angustia se han instalado en su entorno familiar y en la ciudadanía. Lo que comenzó como una búsqueda activa con implicación municipal, hoy parece haberse diluido en un preocupante silencio institucional.

Tras la confirmación pública del Ayuntamiento el pasado 29 de octubre, en la que se detallaba la participación de la Policía Local, Protección Civil y la Unidad de Drones Unidron en el operativo de búsqueda, no ha habido nuevas actualizaciones oficiales. La familia de Iván, que ha mantenido viva la esperanza y la presión mediática, denuncia la falta de información y teme que las autoridades hayan bajado los brazos.

Iván necesita medicación urgente para tratar un trastorno mental. Desde su desaparición, no ha recogido su tratamiento ni ha contactado con nadie, y su teléfono móvil permanece apagado. Las pistas que apuntaban a zonas como Jinámar o La Ballena no han sido confirmadas, y los rumores se han desvanecido sin seguimiento.

El alcalde Juan Antonio Peña aseguró en su momento que el Ayuntamiento mantenía “un compromiso total” con la familia y con el dispositivo de búsqueda. Sin embargo, desde hace más de diez días no ha vuelto a pronunciarse públicamente, y la ausencia de comunicación oficial ha generado malestar entre vecinos y colectivos sociales.

La ficha de búsqueda difundida por SOS Desaparecidos sigue activa: Iván mide 1,65 metros, tiene complexión gruesa, pelo moreno y canoso, ojos verdes y una cojera en la pierna derecha. Cualquier información debe ser comunicada directamente a la Policía Nacional.

La desaparición de Iván no puede convertirse en una estadística más. Cada día que pasa sin avances ni comunicación oficial es un golpe a la confianza ciudadana. Telde necesita respuestas, necesita acción, y sobre todo, necesita que sus instituciones estén a la altura del drama humano que representa esta situación.

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