DOMINICAL: La farsa de los “ecologistas”: ¿A quién defienden realmente?

Denuncias selectivas, intereses ocultos y una hipocresía que perjudica al medio ambiente.

Como ecologista de verdad, nacido en Telde y con el corazón tan comprometido con el medio ambiente como un cernícalo en pleno vuelo, no puedo callarme más. Recientemente, un colectivo ecologista ha denunciado las obras ilegales en el barranco de Los Cernícalos, y aunque concuerdo con que esas intervenciones deben parar, no puedo evitar preguntarme: ¿por qué no denuncian lo que realmente importa? ¿Por qué no se han pronunciado nunca con la misma fuerza frente a las edificaciones ilegales en suelo rústico y protegido que proliferan en Telde?

Foto: RAVS21

Foto Collage: TA

Foto: LPDLP

Nos vendieron la idea de que defienden el patrimonio natural, pero en realidad, su “defensa” parece más bien una estrategia mediática para conseguir titulares y visibilidad. Si fueran verdaderos ecologistas, su lucha no sería selectiva. El daño que sufren nuestros espacios naturales no se limita a unas obras en el barranco; la construcción descontrolada, que afecta a zonas protegidas, está destruyendo irreversiblemente nuestro entorno.

El problema de estos colectivos no es que denuncien, es que eligen qué y a quién denunciar, ignorando las amenazas más graves solo porque no son tan rentables mediáticamente. El medio ambiente no entiende de intereses personales ni de promociones; se trata de proteger todo, sin favoritismos.

Soy un cernícalo, y mi mirada siempre estará puesta en la verdad. Y la verdad es que algunos se están aprovechando de la lucha ecologista, mientras el daño real sigue sin recibir la atención que merece.  

El Cernícalo