13 de Noviembre de 2024 a las 21:17
Telde merece dignidad, transparencia y un aire nuevo, pero es difícil lograrlo mientras persista la influencia nefasta de ciertos personajes que llevan décadas manipulando la información pública a su conveniencia. Hoy hablamos de uno de esos individuos, conocido por todos, aunque sin necesidad de dar nombres. Un personaje siniestro que, sin ser de Telde, ha pasado la vida llenándose los bolsillos a costa de la credibilidad y los recursos públicos, un parásito que vive de los contribuyentes sin aportar valor real a la sociedad.
Bajo el amparo de un sueldo estatal que recibe alegando problemas de salud, este personaje sigue siendo un lacayo al servicio de los poderosos, los corruptos, los que ven en Telde no una comunidad, sino un botín. A lo largo de los años, ha prostituido el ejercicio del periodismo, manipulando a su antojo y presentando información convenientemente adaptada para satisfacer los intereses de sus amigos. Si gobiernan quienes le favorecen, todo está bien. Si sus aliados pierden el poder, entonces, mágicamente, todo se vuelve un desastre. Un periodismo falaz que se convierte en un arma de control y desinformación. Dime con quién andas, y te diré quién eres. Y este personaje no ha hecho sino rodearse de corruptos y oportunistas.
Telde está en una encrucijada. No puede permitirse seguir siendo secuestrada por personajes de este tipo, individuos cuyo único compromiso es con su beneficio personal y el de aquellos a los que sirve. Es hora de apartarlo de la esfera pública, de dejar de respaldar su medio de desinformación y de presionar a los anunciantes para que se distancien de su agenda manipuladora. Ya tiene suficiente con la publicidad institucional que inunda sus espacios, patrocinada por quienes buscan mantenerlo como su vocero servil.
El progreso y la limpieza en Telde pasarán por dar la espalda a este tipo de personas. No podemos seguir condenados a décadas más de corrupción e intereses oscuros que amparan a una banda organizada de poderosos. Es hora de decir basta y devolver la dignidad a nuestra ciudad.
Radio Aventura Siglo 21