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17 de Noviembre de 2025 a las 21:06

La incoherencia del alcalde de Telde: circos no, pero ganado sí

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"El alcalde de Telde debería recordar que fue él quien defendió la moción que nos convirtió en ciudad libre de circos con animales. Hoy, al presidir un desfile de ganado, demuestra que aquel compromiso fue más oportunismo que convicción. Y eso, señor Peña, es lo que duele: no a los animales, que ya bastante sufren, sino a quienes creímos en su palabra"

 

TELDEACTUALIDAD

Hace apenas unos años, Juan Antonio Peña levantaba la voz desde la oposición para defender que Telde debía ser una ciudad libre de circos con animales. Fue un gesto que muchos celebramos, porque parecía marcar un rumbo claro: dejar atrás la explotación disfrazada de espectáculo y apostar por un municipio moderno, sensible al bienestar animal.

Hoy, sin embargo, vemos al mismo alcalde encabezando el desfile de ganado por las calles de San Gregorio. Vacas, caballos y cabras caminando sobre el duro asfalto, rodeados de ruido y multitudes, en un acto que se presenta como tradición pero que, en esencia, no deja de ser otra forma de exhibición. La imagen resulta difícil de digerir para quienes confiamos en aquel compromiso de 2016.

La incoherencia es evidente. Se prohíben los circos porque se considera maltrato, pero se mantiene la feria de ganado como si el sufrimiento dependiera del contexto. ¿Acaso el estrés de un animal desaparece porque lo llamamos “fiesta patronal”? ¿Es menos doloroso caminar kilómetros sobre asfalto que vivir en una carpa de circo? Los animales no distinguen entre tradición y espectáculo, solo sienten el peso del ruido, el miedo y la incomodidad.

Lo que molesta no es solo la contradicción, sino la falta de honestidad política. Se utiliza el discurso animalista cuando conviene, pero se abandona cuando toca defender la costumbre. Esa doble cara es lo que indigna: el maltrato animal no admite excepciones, ni se justifica por la palabra “tradición”.

El alcalde de Telde debería recordar que fue él quien defendió la moción que nos convirtió en ciudad libre de circos con animales. Hoy, al presidir un desfile de ganado, demuestra que aquel compromiso fue más oportunismo que convicción. Y eso, señor Peña, es lo que duele: no a los animales, que ya bastante sufren, sino a quienes creímos en su palabra.

Arminda C.