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9 de Octubre de 2024 a las 03:03

La ineptitud técnica en Telde pone en jaque puestos de trabajo y malgasta dinero público

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La reciente anulación de la contratación de diez técnicos para el Centro Ocupacional de Telde pone de manifiesto no solo la ineptitud de los responsables técnicos, sino también la alarmante falta de control sobre el uso del dinero público. Es inaceptable que, en un momento donde la atención a las personas en situación de dependencia y la creación de empleo son cuestiones prioritarias, se produzcan errores tan graves que no solo retrasan la provisión de servicios esenciales, sino que también evidencian una gestión pública que parece operar al margen de la responsabilidad y la transparencia.

La concejala de Recursos Humanos, Carmen Batista, ha declarado nulo un proceso que debió ser gestionado con mayor rigor y profesionalidad. La advertencia realizada por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) sobre las irregularidades en la convocatoria no fue solo una mera formalidad; fue una señal clara de que las cosas no se estaban haciendo bien. Ignorar estas advertencias y continuar con un procedimiento viciado revela una desconexión alarmante entre los técnicos del Ayuntamiento y las necesidades reales de la comunidad.

¿Hasta cuándo vamos a permitir que el dinero público se malgaste de esta manera, sin que haya consecuencias para quienes son responsables? Los ciudadanos tienen derecho a exigir que su dinero sea administrado con responsabilidad, eficacia y transparencia. En este caso, no solo se han puesto en riesgo oportunidades laborales, sino que también se ha comprometido la atención que necesitan los más vulnerables.

La situación exige que se depuren responsabilidades. Es hora de que el Ayuntamiento de Telde no solo revise sus procedimientos, sino que también lleve a cabo un examen crítico de su plantilla técnica. Si estos funcionarios no son capaces de cumplir con las normas más básicas de gestión, ¿qué sentido tiene mantenerlos en sus puestos? No se trata solo de poner la mirada en los políticos, quienes a menudo son los que reciben las críticas más visibles; es hora de mirar también a aquellos que están detrás de la ejecución de las políticas, quienes son igualmente responsables de los fracasos que se producen.

La falta de controles y de rendición de cuentas en la administración pública ha llegado a un punto insostenible. Los técnicos deben ser llamados a responder por sus acciones y decisiones, y es fundamental que se implementen mecanismos que garanticen una mayor supervisión y control sobre la gestión de los recursos públicos. La comunidad de Telde merece una administración que actúe con seriedad, que respete el dinero de los contribuyentes y que, en última instancia, esté al servicio del bienestar de todos.