La mirada ancestral al cielo: el solsticio de invierno en las Islas Canarias

El solsticio de invierno ha sido desde tiempos inmemoriales un evento cargado de significado, marcando el inicio de un nuevo ciclo para muchas culturas alrededor del mundo. En las Islas Canarias, los antiguos habitantes desarrollaron un profundo conocimiento del cielo, estableciendo marcadores naturales para registrar este momento clave del año.

Entre los registros que nos dejaron, se encuentra una alineación astronómica que demuestra la conexión entre el paisaje y los ciclos solares. Según la tradición transmitida por generaciones, los antiguos canarios utilizaban tres puntos estratégicos para medir la entrada del solsticio: un grabado en piedra, una cazoleta tallada y una montaña en el horizonte. Cuando el Sol se alineaba con estos puntos al atardecer, daba lugar a un espectáculo visual que marcaba el cambio de estación.

Las imágenes que acompañan este artículo, enviadas por nuestro lector y oyente Miguel Macías, reflejan esta experiencia única. Capturadas desde uno de los puntos donde el conocimiento ancestral cobra vida, muestran el momento exacto en que el Sol desciende, proyectando sus rayos entre las montañas y bañando el paisaje con tonos cálidos y dorados. Este fenómeno no solo era un marcador temporal, sino también una conexión espiritual entre los antiguos habitantes y su entorno natural.

Hoy, estas tradiciones son testimonio del ingenio y la sensibilidad de una cultura que entendía su dependencia de los ciclos naturales. Al observar y preservar estos fenómenos, podemos rendir homenaje a los antiguos canarios y su legado, recordándonos la importancia de reconectar con los ritmos del planeta.