Los ataques a TELDEACTUALIDAD reabren una vieja herida en el periodismo local

En los últimos días, el medio digital TELDEACTUALIDAD ha sido objeto de ataques verbales por parte de personas vinculadas a sectores antiguos y actuales de Nueva Canarias (NC) en Telde. Así lo denuncia su director, Carmelo José Ojeda Rodríguez, en una editorial que ha generado gran repercusión en el entorno mediático y político del municipio.

Carmelo José Ojeda Rodríguez

Las acusaciones —que van desde tachar al medio de “vendido” hasta asegurar que difunde “falsedades tendenciosas”— se lanzan sin pruebas, sin datos y con un único objetivo: desacreditar a quienes ejercen el periodismo sin obedecer consignas.

Desde detelde.es no solo condenamos esos ataques. También los reconocemos. Porque hace ya 24 años, cuando otra emisora de radio local se lanzó a la aventura de informar de manera libre e independiente —precisamente bajo gobiernos locales de NC—, sufrió en sus carnes no ataques similares, sino ataques mucho peores. Señalamientos públicos, presiones políticas, boicot institucional y una constante campaña de desprestigio que duró años. Todo por negarse a entrar por el aro del poder.

Y lo más doloroso no fueron solo los ataques. Fue el silencio. Porque muy pocos se solidarizaron entonces, y entre quienes callaron —o incluso aplaudieron— están los mismos que hoy critican a TELDEACTUALIDAD por hacer lo que debe hacer un medio: informar, contrastar y dar voz a todas las partes, aunque moleste.

La historia se repite porque nunca se cerró. Lo que hoy vive TELDEACTUALIDAD no es un hecho aislado. Es la continuación de una forma de entender el poder como inmunidad frente a la crítica. Y eso no es progresismo, ni nacionalismo, ni nada que se parezca a la democracia.

Desde detelde.es nos solidarizamos con los compañeros de TELDEACTUALIDAD. No porque pensemos igual, sino precisamente porque defendemos lo mismo: el derecho a informar sin miedo, el derecho a discrepar sin ser insultados y el derecho a contar la verdad aunque incomode.

La libertad de prensa no se defiende solo cuando conviene.

Se defiende siempre. Con principios, con coherencia y con memoria.

Editorial detelde.es