Los trabajadores del Ayuntamiento de Telde protestan, pero son parte del problema

Es cierto que tal vez los trabajadores municipales del Ayuntamiento de Telde tengan algo de razón cuando critican la ineficacia del actual gobierno local. No se puede negar que muchos de los concejales llevan poco tiempo en sus cargos y probablemente carecen de la experiencia necesaria para gestionar con firmeza y eficacia una institución tan compleja. Sin embargo, esta situación no justifica la falta de compromiso de los propios trabajadores del Ayuntamiento, quienes, en lugar de contribuir al esfuerzo colectivo por mejorar la situación, parecen estar más interesados en proteger sus propios privilegios.

El alcalde de Telde, como bien se sabe, está haciendo todo lo posible para sacar a flote un municipio que ha sido abandonado a su suerte durante años. Se está dejando la piel por rescatarlo del pozo en el que se encuentra, y mientras tanto, lo último que necesita es que los empleados municipales, quienes deberían ser parte de la solución, se dediquen a protestar más que a trabajar. Si el gobierno local es ineficaz, es porque muchos de estos funcionarios, que llevan años en sus puestos, no están haciendo su parte.

Curiosamente, estos trabajadores municipales han protestado muy poco en el pasado, y eso no parece casual. Muchos de ellos, como todos sabemos, entraron por “la puerta de atrás”, sin los méritos ni el esfuerzo que se supone deben demostrar para ocupar una plaza pública. Resulta fácil criticar a un gobierno que está intentando cambiar las cosas, pero mucho más difícil es asumir que, en gran parte, la ruina del Ayuntamiento se debe a la falta de trabajo y a la falta de profesionalismo de quienes están dentro.

Es muy fácil señalar con el dedo cuando quienes llevan el control de la gestión apenas están aprendiendo a manejar el timón. Pero, ¿dónde estaba este espíritu reivindicativo cuando el Ayuntamiento estaba cayendo en la decadencia? ¿Por qué no hubo más quejas entonces? Probablemente porque muchos de esos funcionarios estaban más cómodos con el desorden y la falta de control, sabiendo que así podrían seguir sin ser molestados en su zona de confort, sin que nadie les pidiera cuentas por su ineficiencia.

Así que, por supuesto, es válido decir que el actual gobierno local tiene margen de mejora. Nadie espera que un grupo de concejales sin experiencia lo sepa todo desde el primer día. Pero lo que sí es inaceptable es que los trabajadores municipales, en lugar de ayudar a enderezar el rumbo del Ayuntamiento, se escondan detrás de protestas que, en el fondo, no son más que una excusa para seguir trabajando lo mínimo posible. Es hora de que asuman su parte de responsabilidad, porque Telde no saldrá adelante si aquellos que deberían estar construyendo el futuro del municipio están más ocupados en proteger sus propios intereses que en servir a su comunidad.

En lugar de bloquear el progreso con sus quejas, deberían sumarse al esfuerzo y arrimar el hombro para que Telde salga del hoyo en el que está. Si el gobierno local es inexperto, entonces más motivo para que los trabajadores municipales, quienes ya conocen el funcionamiento de la administración, tomen la iniciativa. Y si no les gusta la situación, si de verdad sienten que no pueden contribuir, siempre queda la opción de marcharse a buscar trabajo en otro lugar, uno en el que quizás se valore más su espíritu de protesta que su capacidad para sacar adelante una ciudad.

El Faro