24 de Junio de 2024 a las 14:32
La situación en Telde ha llegado a un punto crítico. Más de 300 vecinos de San Gregorio denuncian una situación insostenible, marcada por ruidos nocturnos, quemas de contenedores y un ambiente de inseguridad que, según ellos, el gobierno local no ha sabido manejar en el último año.
Uno de los residentes afectados nos ha enviado una nota que resume el sentir general de la comunidad: "Una vez más, como cada noche de los últimos 10 años, los ruidos, chillidos, quemas de contenedores y el trasiego hacia centros de urgencias para calmar la ansiedad y los nervios de noches sin dormir, fruto de la poderosa señora de la noche, La Bella Época, nos afectan. Este local recauda incansablemente a costa de la salud de más de 300 vecinos de los 14 edificios colindantes."
La comunidad ha presentado ante el alcalde y el ayuntamiento informes demoledores de la universidad y de empresas especializadas, que acreditan que el impacto acústico es miles de veces superior a lo permitido. Sin embargo, denuncian que las autoridades prefieren seguir recaudando impuestos de estas actividades económicas a costa de la salud de los ciudadanos. "Creíamos en su palabra y que iba a hacer caso de argumentos científicos que pusieran fin a un viacrucis difícil de sobrellevar en condiciones de seguridad," lamentan los vecinos.
Las críticas no solo se dirigen al alcalde Juan Antonio Peña, sino también a los técnicos municipales, acusados de inacción y de ser cómplices en este problema al no tomar las medidas necesarias para proteger a los ciudadanos.
Un residente expresó con desesperación: "Juan Antonio Peña, desokupa el Ayuntamiento, por favor, y permite la entrada de la razón para poner solución a esta situación." La comunidad espera que, después de un año en el gobierno, el alcalde tome acciones decisivas para resolver esta crisis y priorice la salud y el bienestar de los vecinos por encima de los intereses económicos.
La frustración de los vecinos ha llegado a tal punto que muchos consideran que el alcalde y su equipo han fallado en cumplir sus promesas electorales. A pesar de los repetidos llamados a la acción y de la evidencia presentada, el gobierno municipal parece más preocupado por los ingresos fiscales que por la calidad de vida de sus ciudadanos.
Los informes presentados, tanto de la universidad como de empresas especializadas, son contundentes: el impacto acústico y ambiental supera con creces los niveles permitidos, poniendo en riesgo la salud de los residentes. Sin embargo, estos datos parecen no ser suficientes para provocar una respuesta adecuada por parte de las autoridades locales.
Además, los vecinos han señalado que los técnicos municipales, quienes deberían velar por el cumplimiento de las normativas y garantizar un ambiente seguro y saludable, no han tomado las medidas necesarias. Esta inacción es vista como una complicidad que agrava la situación, dejando a la población desprotegida y desatendida.
La desesperación y el enojo de los vecinos se reflejan en sus peticiones directas al alcalde. La comunidad no solo demanda una respuesta, sino acciones concretas que pongan fin a años de sufrimiento. "Juan Antonio Peña, desokupa el Ayuntamiento, por favor, y permite la entrada de la razón para poner solución a esta situación," es el clamor de una ciudadanía que se siente traicionada y abandonada.
En un contexto donde la salud mental y física de cientos de personas está en juego, la comunidad de Telde espera que el gobierno local finalmente escuche sus voces y actúe de manera decidida. La paciencia de los vecinos y empresarios está al límite, y la exigencia de soluciones inmediatas no puede ser ignorada por más tiempo.
La situación actual en Telde es un recordatorio de la importancia de un gobierno responsable y comprometido con el bienestar de sus ciudadanos, y del papel crucial que juegan tanto los políticos como los técnicos municipales en la protección de los derechos y la salud de la población.