¿Movimiento estratégico o filtración interesada? Ciuca en el tablero insular

La política insular vuelve a agitarse. Ayer, diversos medios se hicieron eco de una noticia que, aunque no sorprende del todo, sí deja espacio para la reflexión: la supuesta incorporación de Ciuca Telde al proyecto Municipalistas Primero Canarias. El anuncio, protagonizado por el alcalde Juan Antonio Peña y el consejero insular Daniel Reyes, ha sido presentado como un paso firme hacia una nueva configuración del municipalismo grancanario. Pero, ¿es realmente así?

Lo cierto es que en política todo es posible. Las alianzas se tejen, se deshacen y se reinventan. Lo que hoy parece una adhesión, mañana puede ser una estrategia de posicionamiento, una maniobra de presión o simplemente una jugada más en el ajedrez político insular. Y en ese tablero, cada movimiento tiene su público… y su filtrador.

La noticia, publicada con precisión quirúrgica, ha despertado más preguntas que certezas. ¿Quién la filtró? ¿Por qué ahora? ¿Y por qué en esos términos? No consta que Ciuca haya emitido un comunicado oficial previo a la publicación, lo que deja entrever que la información pudo haber salido de otro despacho, quizás más interesado en marcar el ritmo que en respetar los tiempos. ¿Casualidad? ¿Coincidencia? ¿O cálculo?

En este contexto, no se puede descartar que Ciuca explore otras vías, como la posible confluencia con Coalición Canaria, opción que ha estado sobre la mesa en más de una conversación informal. Porque si algo caracteriza a la política local es su capacidad para mutar, adaptarse y, a veces, sorprender. Y si hay algo que no sorprende, es que algunos actores se adelanten a los acontecimientos para moldearlos a su favor.

La cita de este miércoles en Las Palmas de Gran Canaria promete aclarar algunas cosas… o quizás no. A veces, lo más revelador no es lo que se dice, sino lo que se insinúa. Y en este caso, las insinuaciones ya han empezado a circular, con nombres propios y silencios estratégicos.

Mientras tanto, los vecinos observan. Algunos con interés, otros con escepticismo. Y otros, simplemente, con la mosca detrás de la oreja.

Opinión/ El Faro