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20 de Diciembre de 2024 a las 09:07

Nayra Navarro: La concejala que apuesta por más de lo mismo

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En Telde, la Navidad de 2024 parece haber llegado con un aire de déjà vu. A pesar de las esperanzas de cambio que muchos depositaron en la concejala de Desarrollo Local, Nayra Navarro, tras dos años en el cargo, la realidad es que poco o nada ha cambiado. La programación navideña presentada recientemente repite esquemas, empresas y discursos que ya conocemos, dejando a la ciudadanía con la sensación de que estamos atrapados en un bucle de conformismo.

Una pista de hielo… de plástico

Empecemos por uno de los supuestos grandes atractivos: la pista de patinaje sobre hielo. Aquí surge el primer punto de disonancia. Llamarla “de hielo” es, siendo generosos, una licencia creativa. En realidad, se trata de una pista de plástico que poco tiene que ver con la experiencia que se promete. Más allá de las cuestiones ecológicas que podrían justificar esta elección, el problema radica en la falta de transparencia y en el uso de una narrativa que busca maquillar una realidad decepcionante.

Un programa reciclado

Al revisar el programa de actos, cuesta encontrar novedades significativas. Desde la visita de Papá Noel hasta los talleres y la feria empresarial, todo parece sacado directamente de las ediciones anteriores. Este tipo de repetición no sería un problema si no fuese por la falta de innovación y el contexto en el que se presenta: una ciudad que necesita urgentemente ideas frescas y un enfoque diferente para dinamizar su economía y revitalizar sus espacios públicos.

Los eventos, organizados con la colaboración de las mismas empresas de siempre —El Patio de Ele, Zapitto Animaciones, Ale-Hop Canarias y Diseños y Espectáculos Tembrujo—, refuerzan la idea de que el cambio prometido por la actual administración se ha quedado en palabras. No se trata de cuestionar la calidad del trabajo de estas empresas, sino de señalar la falta de apertura hacia nuevas propuestas y actores que puedan aportar una visión distinta.

El malestar ciudadano y la venda del alcalde

Mientras la concejala Navarro y el alcalde Juan Antonio Peña insisten en que su objetivo es “llenar de magia y espíritu navideño cada rincón de Telde”, muchos vecinos expresan un profundo malestar. Se sienten ignorados en un municipio donde, año tras año, las mismas fórmulas y caras dominan los eventos, dejando poco espacio para la participación ciudadana o para iniciativas que realmente atiendan las necesidades locales.

El problema no es solo que se repitan los patrones, sino que se hace sin una evaluación crítica de lo que funciona y lo que no. Mientras tanto, parece que el alcalde prefiere no escuchar estas críticas, optando por una postura complaciente que ignora el creciente descontento en la comunidad.

Una oportunidad desperdiciada

Nayra Navarro puede tener formación académica, pero hasta ahora ha demostrado poca comprensión del papel transformador que podría jugar en su cargo. No se espera que todo cambie de la noche a la mañana, pero sí que haya un esfuerzo visible por salir del molde y proponer algo diferente, algo que inspire confianza en la capacidad del gobierno local para liderar un cambio real.

Es evidente que las festividades navideñas son una oportunidad de oro para conectar con la ciudadanía, dinamizar la economía y construir un sentido de comunidad. Sin embargo, en Telde, esta oportunidad parece haber sido desperdiciada una vez más, bajo la dirección de una concejala que, a pesar de llevar dos años en el cargo, sigue mostrando que no tiene ni idea de lo que le ha tocado.

La Navidad debería ser un momento de alegría y esperanza, pero en Telde se ha convertido en un recordatorio de la falta de liderazgo y de visión en el gobierno local. Si Nayra Navarro realmente quiere marcar una diferencia, deberá empezar por escuchar a la ciudadanía, salir de su zona de confort y atreverse a cambiar las cosas. De lo contrario, seguirá siendo vista como una figura más del conformismo político que tanto daño hace a nuestra ciudad.

 El Faro