23 de Agosto de 2025 a las 18:00
A ocho días del incendio que conmocionó al barrio de Ojos de Garza, donde se halló un cuerpo calcinado dentro de una furgoneta, la escena del crimen permanece sin custodia ni protección. Pese a que la investigación sigue abierta y una sospechosa fue enviada a prisión provisional, el lugar ha sido ocupado por una pareja y el vehículo carbonizado permanece expuesto, sin vigilancia ni señalización policial.

Los vecinos denuncian la total desatención por parte de las autoridades. La vivienda contigua ha sido tomada sin impedimentos, y el entorno del crimen está accesible a cualquier persona, lo que pone en riesgo la integridad de las pruebas y la seriedad del proceso judicial. La ausencia de medidas de seguridad ha generado inquietud y temor entre los residentes, que cuestionan la eficacia de la investigación y el respeto institucional hacia la víctima.
Este escenario plantea interrogantes graves sobre la actuación policial: ¿se han recogido todas las pruebas necesarias?, ¿por qué no se ha asegurado el lugar?, ¿cómo se garantiza una investigación rigurosa si el entorno ha sido contaminado?

La ocupación de viviendas cercanas al punto del crimen, aún considerado clave en el proceso, agrava la percepción de negligencia. Los vecinos exigen explicaciones y responsabilidades ante lo que consideran una falta de respeto y una amenaza a la seguridad colectiva.

La justicia no se limita al ámbito judicial; también se manifiesta en la protección del entorno, en el respeto al dolor de las víctimas y en la confianza que la ciudadanía deposita en las instituciones. En Ojos de Garza, esa confianza se encuentra profundamente erosionada.
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