25 de Noviembre de 2024 a las 22:36
El momento actual demanda una respuesta contundente desde todos los rincones de nuestras Islas: barrios, pueblos, ciudades y municipios. Es imprescindible articular iniciativas que promuevan talleres, encuentros, visitas a asociaciones y la recogida de inquietudes ciudadanas. La clave está en cooperar, en sumar esfuerzos y voluntades hacia una auténtica Liberación Canaria. Este es el primer paso para reconstruir la confianza de nuestro pueblo y garantizar una información transparente sobre la actuación del espectro político.
Concienciación y acción
Es urgente diseminar la información que nuestra gente necesita y exige. Esta demanda no solo refleja un deseo de transparencia, sino también una necesidad de participación activa. Los ciudadanos deben poder expresar sus preocupaciones y contribuir a un manifiesto que defina un nuevo rumbo. Es hora de que las voces de cada pueblo, ciudad e Isla se hagan escuchar, señalando las fallas de los gobiernos actuales y pasados, así como de los oligarcas que han perpetuado una situación de desconfianza y exclusión.
Un cambio de paradigma
Los nuevos movimientos políticos no pueden replicar las prácticas de los antiguos partidos. Es crucial apartarnos de las redes de compadreo y amiguismo que han corrompido las instituciones. Es hora de desmarcarnos de los “sabiondos” de las administraciones, que han servido a intereses ajenos en lugar de al pueblo canario.
Nuestro compromiso es claro: identificar a los magnates y empresas políticas que han explotado nuestros recursos y han forzado a nuestra gente a emigrar, mientras traen mano de obra barata para reducir costos y desplazan a los trabajadores locales. Esta dinámica ha empobrecido a los contribuyentes, mientras se privilegia a una élite que emplea a extranjeros en puestos clave. Las llamadas “estrategias de recursos humanos” han servido como excusa para ignorar nuestras tradiciones, cultura e identidad.
Inversión en los canarios, no en infraestructuras desproporcionadas
Los fondos europeos no deben destinarse a proyectos faraónicos como túneles y carreteras monstruosas que solo benefician al turismo de placer y a la creación de guetos para inmigrantes. Estos recursos deben enfocarse en la formación profesional de los canarios: electricistas, fontaneros, técnicos, entre otros, que respondan a las demandas de nuestra sociedad. Además, necesitamos garantizar que los jóvenes puedan viajar para formarse en el extranjero y regresar con conocimientos y experiencia para compartir con sus familias y comunidades.
Asimismo, nuestras universidades deben priorizar la formación de canarios residentes, con programas diseñados para fortalecer las pequeñas empresas, la ganadería y los sectores que sostienen nuestra economía. Es inaceptable que estas oportunidades se destinen a otros, mientras nuestra gente enfrenta trabas para crecer y prosperar en su tierra.
Protección de nuestra identidad cultural y laboral
Es indignante que las cadenas hoteleras y empresas turísticas en nuestras ciudades releguen a los canarios, poniendo a europeos pomposos en puestos de dirección. Estos trabajadores desconocen nuestra cultura, tradiciones e incluso el idioma local, mientras encarecen los alquileres y desprecian nuestras costumbres. En cambio, cuando visitamos sus países, debemos adaptarnos a sus normas, gastronomía y lenguas, sin reciprocidad alguna.
Este abuso debe terminar. Las grandes corporaciones no pueden controlar nuestra tierra si estamos unidos. Como dijo un conocido obispo: “¡Viva el coño canario!” O como expresaba el fallecido Jerónimo Saavedra, recordando un viejo refrán: “Van a saber lo que vale un peine”.
Rehacer el tejido social
Es el momento de recuperar las asociaciones vecinales que, en otro tiempo, lucharon por el bienestar común. Solo así podremos organizarnos para enfrentar a los explotadores que nos han mantenido sometidos. Unidos, podemos construir un futuro que honre nuestra cultura, nuestros derechos y nuestras aspiraciones.
Esto no termina aquí… Continuará.
Por Cándido Perdomo Artiles