20 de Septiembre de 2024 a las 00:50
Según una información publicada en Telde Actualidad, el debate en torno a la aprobación del presupuesto de Telde para 2024 ha dejado al descubierto, una vez más, las divisiones políticas que parecen poner los intereses partidistas por encima del bienestar de los ciudadanos. Este presupuesto, que asciende a 116 millones de euros, representa una oportunidad crucial para dotar al municipio de los recursos que tanto necesita, después de años de abandono en áreas esenciales como el asfaltado de las calles, la mejora de los servicios públicos y la revitalización de infraestructuras. Entonces, ¿por qué la oposición se niega a respaldar estas nuevas cuentas que claramente beneficiarían a todos los teldenses?
Foto: LPDLP
Es necesario recordar que Telde ha padecido durante años el deterioro de sus vías, servicios obsoletos y una gestión que, en muchos casos, ha sido insuficiente para cubrir las demandas ciudadanas. Las quejas sobre el estado de las carreteras, por ejemplo, son una constante en el día a día de los residentes, que ven cómo el municipio queda rezagado frente a otros de la región. Las inversiones prometidas en los presupuestos de 2024 podrían ofrecer el tan necesario respiro a una población que ya no puede permitirse más dilaciones. Y no estamos hablando solo de obras superficiales; estas mejoras son vitales para el desarrollo económico y social de la ciudad.
Sin embargo, la oposición parece empeñada en frenar este avance. Alegan opacidad en el proceso, falta de debate y errores de gestión. Pero, ¿acaso no es la política el arte de negociar y llegar a acuerdos en beneficio de la ciudadanía? Más allá de los detalles técnicos y los argumentos legales que puedan esgrimir, el fondo del asunto es claro: si este presupuesto no se aprueba, serán los ciudadanos de Telde quienes continúen pagando el precio del estancamiento.
Criticar sin proponer alternativas viables y sin reconocer los beneficios que estos presupuestos traen consigo es una postura que poco contribuye al desarrollo de la ciudad. Es cierto que el proceso podría haber sido más transparente, y siempre hay espacio para mejorar en términos de gestión. Pero lo que no podemos permitir es que el afán de algunos por desgastar políticamente al gobierno local termine paralizando las mejoras que tanto se necesitan en Telde.
Es lamentable que algunos grupos políticos, en lugar de buscar soluciones constructivas o aportar enmiendas con el fin de mejorar el documento, se limiten a sembrar dudas sobre la viabilidad del presupuesto. La introducción de más de 6 millones de euros gracias a la revisión de Nueva Canarias, lejos de ser una señal de incompetencia, muestra que los mecanismos de supervisión funcionaron y que las cuentas se ajustaron en beneficio de los ciudadanos. Este tipo de ajustes son parte inherente de la gobernanza municipal y no deberían ser utilizados como excusa para frenar el progreso.
Lo que realmente debería preocuparnos es la falta de visión de quienes insisten en torpedear este presupuesto. La política del bloqueo solo consigue postergar las soluciones a los problemas que afectan directamente a los ciudadanos, como la mejora de infraestructuras y servicios públicos. ¿De qué sirve acusar al gobierno local de improvisación si, al final del día, lo único que se logra es perpetuar el deterioro del municipio?
Los ciudadanos de Telde merecen más. Merecen ver cómo sus impuestos se transforman en obras que mejoren su calidad de vida, en servicios más eficientes y en un entorno urbano más adecuado para el desarrollo social y económico. Ya es hora de que los partidos dejen de lado sus diferencias y se unan en torno a un objetivo común: el bienestar de todos los teldenses.
La oposición tiene una gran responsabilidad en este momento. Si deciden seguir en su línea de rechazo frontal, estarán negando a la ciudad el respiro que tanto necesita. Es hora de que demuestren madurez política y pongan los intereses de la población por encima de sus propias agendas partidistas. Telde no puede seguir esperando.
El Faro