1 de Septiembre de 2023 a las 00:23
En pleno mes de agosto, cuando las playas deberían estar repletas de turistas y locales buscando un respiro en el cálido abrazo del mar, la emblemática Playa de Melenara en el municipio de Telde presenta una imagen desoladora.Con apenas un cuarto de su capacidad ocupada, es imposible no preguntarse: ¿quiénes son los responsables de este lamentable declive?
La triste realidad salta a la vista: la arena que una vez fue su mayor atractivo ha perdido su esplendor, convirtiéndose en un manto opaco y descuidado.¿Dónde quedaron aquellos días en que la "arena" de la playa era el centro de reunión y diversión? Hoy, la playa yace mayormente vacía, y no es difícil entender por qué. El aspecto sucio y poco cuidado ha alejado a quienes solían frecuentar este rincón costero.
La ironía se hace más profunda al observar los restaurantes aledaños, que se encuentran abarrotados mientras la playa permanece desierta. ¿Cómo es posible que la gente prefiera los confinados espacios de los locales a la amplitud y belleza natural de la playa? Incluso enarbolando una bandera verde, la cual debería ser un símbolo de calidad y seguridad, la playa de Melenara languidece sin recibir la atención que merece.
La urgencia de recuperar este tesoro costero es innegable. Es como si una parte vital de la identidad de la comunidad se estuviera desvaneciendo. La impresión es que alguien ha saqueado la mitad de la arena que solía estar aquí, dejando atrás un panorama desolado y triste. Pero, ¿quién es el ladrón en esta historia? ¿Quiénes son los culpables de esta erosión de un lugar tan simbólico?
El nuevo "parque" que ha surgido en la zona solo agrava el asunto. Es difícil no verlo como un acto de robo a mano armada a las arcas públicas. Un edificio emblemático fue reemplazado por un monótono muro de hormigón armado, una afrenta visual que solo puede entenderse como un menosprecio a la identidad local y a la naturaleza misma. La falta de vegetación, plantas y árboles solo confirma la desconexión entre los responsables y la belleza natural que una vez floreció aquí.
Es hora de alzar la voz y exigir la recuperación de nuestra querida Playa de Melenara. Las autoridades deben asumir su responsabilidad y tomar medidas concretas para devolverle su gloria pasada. El tiempo apremia y cada día que pasa sin acción es un día en el que este pedazo de paraíso se desvanece aún más en el olvido. Es momento de unirnos como comunidad y reclamar lo que es nuestro por derecho: una playa hermosa, limpia y llena de vida.
Por "Camaro El barquero"