San Francisco en Telde: un barrio histórico en peligro por la especulación y el abandono

El barrio histórico de San Francisco, en Telde, vuelve a ser noticia, pero esta vez no por su encanto patrimonial, sino por un alarmante suceso que revela una situación insostenible. Esta semana, un individuo de unos cuarenta años logró irrumpir en un edificio residencial, causando destrozos y sembrando el miedo entre los vecinos. Aunque las cámaras de seguridad captaron su rostro, hasta ahora no se ha identificado ni se sabe quién es o qué hacía allí.



Foto: TA

Este inquietante incidente es solo la punta del iceberg de un problema mucho más profundo. El edificio en cuestión, construido en pleno corazón del conjunto histórico-artístico de San Francisco, no debería estar ahí. Aunque fue autorizado en su momento, esta licencia de obra nunca debió haberse concedido. Se trató de una decisión errónea, una más de tantas tomadas por aquellos que han gobernado nuestra querida ciudad de Telde, que desde hace años “pide agua por señas”, abandonada a su suerte entre la especulación y el olvido.

San Francisco es un barrio protegido por su valor histórico, y sin embargo, en su interior se permite la presencia de un edificio que no solo desafía la normativa, sino que también ha sido destinado a viviendas vacacionales, una práctica que está destrozando la vida del barrio. Lo que debía ser un espacio de tranquilidad y protección para los residentes, se ha convertido en una fuente de problemas. El encarecimiento de la vivienda es solo una de las consecuencias de este despropósito. Gente de todo el mundo ocupa temporalmente estos apartamentos, mientras los habitantes de siempre se ven desplazados o asfixiados por los precios. ¿Quiénes son estos nuevos inquilinos? ¿Qué se busca realmente con esta invasión turística? La identidad del barrio se diluye con cada nueva llegada.

El cronista oficial de Telde, Antonio María González Padrón, lleva años luchando por la preservación del conjunto histórico de San Francisco. Su labor, incansable, denuncia lo que a muchos les pasa desapercibido o prefieren ignorar. Estamos viendo cómo se destruye un patrimonio que pertenece a todos, sacrificándolo en el altar de los intereses económicos. No podemos permitir que el legado histórico de Telde siga siendo destruido por decisiones mal tomadas en el pasado, ni por la falta de acción en el presente.

El reciente incidente es una llamada de atención que no podemos ignorar. Es hora de que las autoridades y la ciudadanía actúen. San Francisco está en peligro, y su historia, su esencia, merecen ser protegidas antes de que sea demasiado tarde.