Resuming podcast

6 de Octubre de 2025 a las 15:20

Señora Calderín, ¿nos puede prestar sus gafas mágicas para ver ese Telde que usted describe?

Compartir

¡Qué alivio! Ya podemos dormir tranquilos. Telde avanza. Lo dice la vicealcaldesa María González Calderín y lo publica el mismo diario que, día sí y día también, nos regala estampas de contenedores rebosando, colchones abandonados como arte urbano y aceras que parecen haber sobrevivido a una batalla medieval. Pero no se preocupen, todo eso es parte del “nuevo ambiente” que respira la ciudad. Un aire fresco, aromatizado con residuos orgánicos y perfume de incivismo.



TELDEACTUALIDAD 

Según Calderín, “Telde avanza con hechos, no con discursos”. Y vaya que sí: los hechos están ahí, en cada esquina, en cada solar convertido en vertedero espontáneo, en cada queja vecinal publicada por el mismo medio que ahora nos vende el milagro institucional. Porque si algo caracteriza a este gobierno es su capacidad para transformar la basura en narrativa épica. ¿Que hay cristales por todo Taliarte? ¡Es que Telde brilla! A

La gestión de limpieza, esa “piedra angular del cambio”, ha sido tan eficaz que los vecinos ya no saben si llamar al Ayuntamiento o a un arqueólogo para desenterrar los contenedores desaparecidos. Y cuando aparecen, lo hacen como reliquias: oxidados, rotos, y con más historia que el pacto de gobierno. Pero no seamos injustos. El contrato se actualizó en abril de 2024, tras una sentencia del Supremo. ¡Qué timing! Justo cuando los vecinos empezaban a pensar que el servicio de limpieza era una leyenda urbana B.

Y mientras los barrios se debaten entre la frustración y el desánimo, la vicealcaldesa nos habla de “recuperar la ilusión y el orgullo de ciudad”. ¿Será por eso que los vecinos de Las Huesas y La Garita agradecen que les retiren la basura como si fuera un favor celestial y no un servicio público? C Porque en Telde, cada actuación municipal se celebra como si hubieran descubierto agua en Marte.

Pero lo mejor viene cuando Calderín afirma que “Telde se ha abierto definitivamente al mar”. ¡Claro que sí! Lo que no aclara es si lo ha hecho para tirar los enseres directamente a la costa. Porque entre la tercera fase de Melenara y la renovación del alumbrado, lo que sigue sin iluminarse es la lógica de un municipio que presume de litoral mientras sus calles se hunden en el abandono.

Y por supuesto, no podía faltar el toque gourmet: “Telde, despensa de Gran Canaria”. Una marca que promete calidad local mientras los vecinos esquivan bolsas de basura para llegar al mercado. Tradición, innovación y sostenibilidad… todo muy bonito, si no fuera porque el único producto que se multiplica sin control son los vertederos improvisados.

En resumen, Telde avanza. Avanza como un coche sin frenos cuesta abajo. Con discursos que niegan lo evidente, con pactos “sin fisuras” que suenan más a eslogan que a realidad, y con una gestión que, si algo demuestra, es que la distancia entre el despacho y la calle sigue siendo abismal. Porque mientras los concejales “escuchan a la gente”, la gente sigue preguntándose si alguien les escucha de verdad.

Pero no se preocupen. El tiempo y los resultados lo están demostrando. Y si no lo ven, quizás es que están mirando desde el despacho equivocado.

El Faro