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9 de Marzo de 2025 a las 10:00

Sensacionalismo mediático: El caso de Telde y la necesidad de un periodismo responsable

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En los últimos días, el municipio de Telde ha sido noticia en los medios nacionales debido a una ligera DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó a la zona. Sin embargo, la cobertura que se ha hecho de este evento ha dejado mucho que desear. Desde esta humilde redacción, creemos que los medios de comunicación han exagerado la situación, generando una alarma innecesaria y desviando la atención de problemas más urgentes, como la situación en Valencia, donde miles de familias siguen esperando ayudas tras las recientes inundaciones.

Es cierto que algunos ciudadanos de Telde lo han pasado mal y que la DANA nos ha dejado un susto, pero la realidad dista mucho de la imagen apocalíptica que algunos medios han querido vender. Las imágenes de calles inundadas y coches arrastrados por el agua han sido utilizadas de manera sensacionalista, creando una narrativa que no se corresponde con la magnitud real del evento. Esto no solo genera desinformación, sino que también contribuye a la desconfianza de la ciudadanía hacia los medios de comunicación.

El sensacionalismo no es un fenómeno nuevo, pero en un contexto en el que la información viaja a una velocidad vertiginosa, su impacto es aún más perjudicial. Los medios tienen la responsabilidad de informar con veracidad y rigor, sin caer en la tentación de exagerar para captar audiencias. En el caso de Telde, la cobertura ha sido desproporcionada, y esto ha llevado a que se desvíe la atención de otras situaciones que requieren una cobertura más urgente y constante.

Valencia es un claro ejemplo. Las inundaciones que afectaron a la comunidad valenciana hace unas semanas han dejado a miles de familias en una situación desesperada. Muchas de ellas siguen esperando ayudas para reconstruir sus hogares y recuperar sus vidas. Sin embargo, la atención mediática se ha desplazado rápidamente hacia otros temas, dejando en el olvido a quienes más lo necesitan. Esto no solo es injusto, sino que también refleja una falta de compromiso con la función social que deberían cumplir los medios de comunicación.

Desde esta redacción, hacemos un llamamiento a los medios nacionales para que reflexionen sobre su papel en la sociedad. Informar no es solo dar noticias; es hacerlo con responsabilidad, ética y empatía. Es necesario que los medios pongan el foco en lo que realmente importa, en las historias que requieren atención y en las personas que están sufriendo. El sensacionalismo puede vender, pero a largo plazo, erosiona la credibilidad de los medios y perjudica a la sociedad en su conjunto.

El Faro