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28 de Noviembre de 2024 a las 11:56

Telde necesita firmeza frente a la oposición y mayor control interno

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El reciente enfrentamiento en el Ayuntamiento de Telde pone en evidencia una estrategia de obstrucción sistemática por parte de la oposición, compuesta por PSOE, Nueva Canarias y Vox, quienes parecen haber encontrado en el bloqueo institucional su principal herramienta política. El alcalde Juan Antonio Peña denuncia un ataque coordinado que amenaza no solo la gestión pública, sino también la estabilidad de los trabajadores de la empresa municipal Fomentas y servicios esenciales como las Escuelas Infantiles o proyectos de rehabilitación urbana.

La oposición, un frente único de obstrucción

Resulta vergonzoso que fuerzas políticas que van desde la izquierda hasta la extrema derecha se unan con el único propósito de entorpecer al gobierno local. Su negativa a aprobar la delegación de competencias del concejal Iván Sánchez, una práctica que históricamente siempre ha contado con consenso, evidencia una actitud destructiva y oportunista. Al bloquear esta decisión, no solo paralizan proyectos clave, sino que ponen en peligro los salarios de los trabajadores de Fomentas, sacrificando los intereses de la ciudadanía en favor de su propio espectáculo político.

Lo que resulta aún más grave es que estos mismos partidos actúan con total incoherencia. Acusan falta de transparencia, pero respaldan sin objeciones decisiones similares cuando les favorecen, como el reciente nombramiento de la nueva gerente de Fomentas. Queda claro que su único objetivo es frenar cualquier avance en Telde, sin importar el coste social o económico.

La alcaldía, fuerte con la oposición pero débil con su propia casa

Aunque el alcalde Peña ha mostrado determinación frente a la oposición, es hora de que aplique esa misma firmeza dentro de su administración. La nómina municipal se ha convertido en una carga desmesurada para las arcas públicas, sin que los resultados justifiquen semejante gasto. Muchos ciudadanos perciben que algunos funcionarios, lejos de apoyar la gestión municipal, están realizando una especie de boicot encubierto. Esto no solo erosiona la confianza en las instituciones, sino que mina el esfuerzo de aquellos que realmente trabajan por el desarrollo de Telde.

Peña no puede limitarse a culpar a la oposición por todos los problemas. La ciudadanía espera que el gobierno local tome decisiones valientes también en el ámbito interno. Es urgente una auditoría rigurosa de la plantilla municipal para identificar ineficiencias y exigir responsabilidades. De lo contrario, la administración seguirá siendo rehén de un sistema que permite que se despilfarren recursos mientras los servicios básicos están en peligro.

Un golpe en la mesa, necesario y urgente

La situación actual requiere más que discursos optimistas o denuncias públicas. El alcalde debe dar un golpe en la mesa y asumir el control total, tanto frente a una oposición irresponsable como ante una administración que parece desbordada por sus propios recursos. El progreso de Telde no puede seguir siendo rehén de intereses partidistas ni de un aparato burocrático que no rinde como debería.

Si bien es cierto que la oposición ha mostrado su peor cara al bloquear iniciativas cruciales, la alcaldía también tiene deberes pendientes. No basta con resistir los embates políticos; es imprescindible demostrar que este gobierno no solo tiene la capacidad de trabajar, sino también la determinación de limpiar su propia casa y poner fin al boicot que, desde distintos frentes, amenaza con paralizar la ciudad.

Telde necesita liderazgo, y ese liderazgo debe comenzar con decisiones firmes que prioricen a los ciudadanos sobre los intereses políticos o administrativos.

El Faro