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16 de Diciembre de 2024 a las 21:50

Telde: Una ciudad ahogada en suciedad bajo la gestión de María González Calderín (PP)

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Mientras María González Calderín se dedica a posar sonriente en eventos como la Feria de la Naranja, pintando una imagen idílica de su gestión en los medios de comunicación afines, los vecinos de Telde viven la otra cara de la moneda: calles sucias, barrios olvidados y servicios de limpieza que simplemente no están a la altura

 

Telde vive tiempos complicados, y no precisamente por falta de recursos, sino por una gestión deficiente que ha convertido al municipio en un auténtico ejemplo de cómo no abordar las necesidades básicas de sus ciudadanos. Bajo la responsabilidad de María González Calderín, concejala del Partido Popular y vicealcaldesa, la limpieza en el municipio brilla, pero por su ausencia.

Fotos: TA (enero y junio 2024)

No hace falta recurrir a cifras ni estadísticas para evidenciar el problema: basta con dar un paseo por los barrios, mirar hacia el suelo y observar cómo la basura se acumula en las calles, los contenedores rebosan y los espacios públicos languidecen en un estado de abandono que resulta vergonzoso. Desde restos de plásticos y papeles hasta hierbas sin podar y zonas comunes descuidadas, la falta de atención salta a la vista.

Propaganda frente a realidad

Mientras María González Calderín se dedica a posar sonriente en eventos como la Feria de la Naranja, pintando una imagen idílica de su gestión en los medios de comunicación afines, los vecinos de Telde viven la otra cara de la moneda: calles sucias, barrios olvidados y servicios de limpieza que simplemente no están a la altura. Parece que la concejala, más preocupada por construir un relato favorable en torno a su figura política, ha optado por ignorar las críticas legítimas de la ciudadanía y centrarse en autopromocionarse como una líder resiliente y comprometida.

El problema no es únicamente la falta de limpieza, sino lo que esta representa: una gestión desconectada de las necesidades reales de los vecinos. Mientras se ensalza su valentía para organizar ferias y eventos, muchos ciudadanos se preguntan dónde está ese mismo arrojo para garantizar servicios básicos como la limpieza diaria.

La suciedad, un problema que no admite excusas

Es cierto que gestionar la limpieza de un municipio como Telde, con su extensión y diversidad, no es tarea sencilla. Pero no se trata de buscar excusas, sino soluciones. La realidad es que este problema no es nuevo; lleva tiempo gestándose, y bajo la dirección de Calderín ha alcanzado niveles alarmantes. ¿Es cuestión de recursos, de falta de planificación o, simplemente, de desinterés?

Si la concejala es tan capaz de liderar “contra viento y marea” como se afirma en algunos medios, ¿por qué no se aplica el mismo empeño para revertir el estado de suciedad en Telde? ¿Por qué la limpieza no se prioriza como lo hacen otros municipios que, con recursos similares, logran mantener sus calles limpias y sus ciudadanos satisfechos?

La paciencia de los vecinos se agota

El malestar de los ciudadanos es palpable. No es solo una cuestión de estética urbana; la suciedad afecta la calidad de vida, la salud pública y hasta la imagen del municipio frente a visitantes y turistas. Los vecinos no necesitan más titulares halagadores ni campañas de relaciones públicas: necesitan soluciones reales, inmediatas y visibles.

Telde merece algo mejor. Merece una gestión que no solo ponga la alfombra roja para ferias y eventos, sino que también se arremangue y trabaje en las necesidades del día a día, en esas pequeñas cosas que realmente importan.

María González Calderín puede seguir intentando construir su narrativa de liderazgo y resiliencia, pero mientras el suelo de Telde cuente otra historia, los ciudadanos no se dejarán engañar. La limpieza no es un lujo, es una obligación, y hasta ahora, su gestión ha fallado rotundamente en cumplirla.