13 de Julio de 2025 a las 23:37
“La persona que difundió esas imágenes no solo mintió, sino que además ha entrado en mi finca sin permiso y ha causado daños. Voy a denunciar tanto por eso como por las amenazas que he recibido tras la publicación”
La publicación precipitada de una supuesta denuncia ciudadana por abandono animal ha vuelto a poner en entredicho los criterios informativos de un conocido medio digital de Telde, seguido por una parte importante de la población. En esta ocasión, se trató de un caso en el barrio de El Caracol, donde se señaló a un vecino por presunto maltrato hacia su perro, sin que el medio contrastara la información ni contactara previamente con el propietario.
El dueño del animal, que asegura que su perro cuenta con chip, vacunas, agua, comida y una caseta en una finca debidamente acondicionada, ha negado categóricamente cualquier irregularidad. No existe denuncia administrativa ni sanción por parte de las autoridades competentes, y asegura que el trato hacia su mascota se ajusta plenamente a la normativa.
“La persona que difundió esas imágenes no solo mintió, sino que además ha entrado en mi finca sin permiso y ha causado daños. Voy a denunciar tanto por eso como por las amenazas que he recibido tras la publicación”, afirmó el afectado a este medio, visiblemente molesto por el impacto que tuvo la información publicada.
El caso ha obligado al medio en cuestión a rectificar parcialmente, incluyendo posteriormente la versión del propietario, pero sin ofrecer una disculpa pública ni reconocer fallo alguno en el procedimiento. La publicación inicial, carente de contraste y basada únicamente en imágenes enviadas por un particular, generó una ola de críticas en redes sociales y provocó una situación injusta para el dueño del perro.
Este no es un hecho aislado. No es la primera vez que este medio digital da por válidas denuncias anónimas o quejas ciudadanas sin verificación previa, lo que ha derivado en otros episodios similares en los últimos años. Situaciones que, más allá del daño personal que generan, reabren el debate sobre la responsabilidad de ciertos espacios informativos digitales, especialmente cuando se actúa con más urgencia por publicar que por verificar.
Cuando el clic vale más que la verdad
Este caso vuelve a evidenciar un problema cada vez más frecuente en el ecosistema mediático local: el periodismo exprés, basado en la inmediatez y en la presión por mantener el tráfico web a toda costa, a menudo sacrifica principios básicos del oficio, como el contraste de fuentes, la verificación y el derecho a réplica antes de la publicación.
El acceso a medios digitales no convierte automáticamente a cualquier ciudadano en periodista, ni justifica que plataformas con alcance masivo se limiten a amplificar lo que reciben sin verificarlo. La responsabilidad informativa no es opcional, y cuando se ignora, el daño causado no se arregla con una rectificación tardía.
En un momento donde la credibilidad es el principal capital de un medio, casos como este no solo afectan a las personas implicadas injustamente, sino que debilitan la confianza de los lectores y empobrecen el debate público.
detelde.es