18 de Noviembre de 2024 a las 01:47
La procesión de San Gregorio Taumaturgo, que cada año cierra con solemnidad las fiestas en su honor en el barrio de Los Llanos, tuvo este domingo un inesperado protagonista: un conocido vecino de la calle Ruiz, quien en el pasado fue responsable de decorar el trono del santo y sorprendió a todos con un espectáculo floral que dio mucho de qué hablar.
El vecino, quien años atrás vestía con flores el trono de San Gregorio, parece haber buscado recuperar protagonismo tras ser relevado de esta tarea, ahora en manos del reconocido diseñador floral Segundo Amador. Mientras la procesión avanzaba, su vivienda en la calle Ruiz se transformó en un auténtico escenario decorativo: el frontis fue cubierto con un despliegue de buganvilla que caían en una lluvia constante de pétalos y granos de trigo, formando una alfombra multicolor que captó todas las miradas.
El gesto, aunque visualmente impresionante, no estuvo exento de críticas. “Desde que le quitaron el encargo del trono, parece que busca destacar de otra manera, y esto lo demuestra”, señaló un vecino. Otros, sin embargo, aplaudieron su creatividad y su forma de rendir homenaje al santo, asegurando que su pasión por el arte floral sigue siendo un aporte a las fiestas.
El despliegue floral generó un debate aún mayor por su impacto en la vía pública. A casi cuatro horas de concluida la procesión, la calle Ruiz seguía completamente cubierta de pétalos de buganvilla. La falta de intervención por parte de los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Telde fue motivo de quejas entre algunos residentes, quienes señalaron que el lugar “estaba igual que durante la procesión, pero ahora sin el santo ni la devoción que lo justificaba”.
Mientras tanto, la procesión, que contó con la Banda Municipal de Telde y la presencia del alcalde Juan Antonio Peña, transcurrió con la solemnidad habitual. La imagen de San Gregorio lució una imponente decoración floral diseñada por Segundo Amador, que combinó lilium amarillo, esterlitzia regina y hojas de eucalipto, destacándose por su delicadeza y armonía.
Sin embargo, este año, la calle Ruiz se convirtió en el epicentro de las conversaciones tras el evento. Para muchos, el despliegue floral en la vivienda del antiguo decorador del trono representó más un intento de protagonismo que una ofrenda devocional. Otros lo interpretaron como una reivindicación personal y artística. En cualquier caso, este hecho, junto a la evidente demora en la limpieza de los pétalos, dejó claro que las tradiciones no están exentas de tensiones y opiniones encontradas.