1 de Mayo de 2025 a las 13:55
Lo que debía ser una celebración del compromiso y el conocimiento femenino se convirtió en una burla al público asistente. Decenas de personas se congregaron esta tarde frente a la Casa-Museo León y Castillo de Telde para asistir a la anunciada charla de la ginecóloga Alicia Martín, dentro del ciclo ‘Más que musas’. Pero allí no hubo charla, ni organizadores, ni explicaciones. Solo puertas cerradas y caras de incredulidad.
La indignación fue creciendo conforme avanzaban los minutos. No había nadie del museo, ningún cartel, ninguna notificación oficial que indicara una cancelación o cambio de fecha. ¿Dónde estaba Alicia? ¿Dónde estaban los responsables culturales? ¿Qué clase de gestión cultural permite un vacío tan bochornoso?
La charla, anunciada en notas de prensa y redes sociales como una oportunidad para escuchar a una figura destacada en la defensa de los derechos de las mujeres en la sanidad, simplemente no ocurrió. Y lo que es más grave: nadie se dignó a informar a la ciudadanía. El desprecio por el tiempo, el interés y la presencia del público fue absoluto.
Algunas fuentes ahora señalan que la charla está prevista para el próximo lunes 29 de abril, pero ¿por qué entonces se mencionó el día 25 en diversas publicaciones? ¿Y por qué no hubo ningún mensaje visible en la puerta del museo? A estas alturas, culpar al público de haber “malentendido” la fecha sería un insulto añadido.
Esto no es solo una anécdota molesta. Es un síntoma de una gestión cultural desorganizada, descoordinada y desconectada del respeto al público. En plena era de la comunicación digital, no hay excusas para semejante negligencia. La cultura no puede seguir tratándose como un favor que se da cuando apetece y sin rendir cuentas cuando se falla.
Hoy muchas personas, en su mayoría mujeres de Telde, acudieron con ilusión a escuchar a una mujer brillante y comprometida como Alicia Martín. Lo que recibieron a cambio fue silencio, desinformación y falta de respeto institucional.
Y aún seguimos esperando que alguien —el Cabildo, el museo, el programa ‘Más que musas’— dé la cara y explique qué ha pasado. Porque una cosa está clara: con la ciudadanía no se juega.
El Cernícalo