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6 de Octubre de 2024 a las 19:16

Vecinos de Telde se hartan de la “alcaldesa” de Las Salinetas, su barrio preferido

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Parece que en el Ayuntamiento de Telde, más de uno ya se refiere a la concejala de Limpieza como “la alcaldesa de Salinetas”. Y no es para menos, porque si hay un barrio que recibe sus atenciones es precisamente ese. Mientras el resto del municipio batalla contra charcos de orines de perro y otras maravillas olfativas, en Salinetas, el despliegue de limpieza es digno de una ciudad de lujo.

Foto: TA

Pero la cosa no queda ahí. Los vecinos de este barrio costero, que deberían estar encantados con el cuidado extremo de su zona, están empezando a poner el grito en el cielo. Al parecer, la maquinaria de limpieza —que opera incluso los domingos por la mañana— está quitándoles el sueño. Y es que no hay nada como despertar temprano, con el dulce sonido de una máquina de lavado arrasando las aceras. Uno de los vecinos no pudo evitar la ironía: “Es el mejor despertador que se puede comprar… siempre que te guste la música de motores a pleno rendimiento”.

Los residentes ya han empezado a presentar quejas, señalando que las labores podrían hacerse entre semana, como en cualquier lugar normal, sin necesidad de arruinar el único día que la mayoría tiene para descansar. “Nosotros ya sabíamos que éramos privilegiados”, comenta otro vecino, “pero esto de la limpieza a las 7 de la mañana los domingos es demasiado. ¡Parece que solo se acuerdan de nosotros para fastidiarnos!”.

Mientras tanto, los otros barrios de Telde siguen esperando su turno para disfrutar de algo más que un barrido rápido, porque allí las aceras siguen adornadas con auténticos monumentos de cacas caninas. Pero no pasa nada, porque la concejala parece haber encontrado su verdadero reino en Salinetas, donde cada esquina brilla más que la anterior… aunque a costa del descanso de los vecinos, claro está.

Así que mientras los ciudadanos de otras zonas de Telde se preguntan si algún día se pondrá fin a su “festival de inmundicia”, los de Salinetas luchan por recuperar su tranquilidad dominical. Ironías de la vida: la concejala que tanto se preocupa por su barrio ha terminado convirtiéndose en la fuente de sus desvelos. ¿Será este el precio de vivir en el barrio preferido de la “alcaldesa” de Las Salinetas?

Veremos si el resto de los barrios sigue esperando con resignación o si Salinetas se convierte en un ejemplo de que, a veces, menos limpieza es más paz.

El Faro