21 de Abril de 2025 a las 13:00
Radio Aventura Siglo 21 se ha convertido en parte fundamental de mis días. Me han acompañado con su autenticidad, su humor, su manera tan cercana de ver el mundo y su libertad absoluta para decir las cosas claras.
Queridos Carmelo, Andrés “El Quejica” y a todo el equipo:
Hace ya unos 15 o 16 años, mientras conducía buscando alguna emisora diferente —no musical, sino de esas que te hacen pensar y reír a la vez—, me topé por casualidad con ustedes. Escuché primero una voz ronca gritando con pasión, luego otra más grave y calmada… y me dije: “Voy a escuchar un rato a ver qué es esto”. Desde ese momento no he podido estar sin ustedes.
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Radio Aventura Siglo 21 se ha convertido en parte fundamental de mis días. Me han acompañado con su autenticidad, su humor, su manera tan cercana de ver el mundo y su libertad absoluta para decir las cosas claras. Les escribo para agradecerles esos ratos tan maravillosos, agradables, informativos y, sobre todo, tan humanos y constructivos que nos han regalado durante todos estos años. También gracias por esos buenos consejos comerciales, que he seguido en más de una ocasión… ¡y siempre resultan ser tal como lo dicen ustedes!
Esta carta nace de una conversación reciente. Mi marido, Juan Sarmiento, y yo fuimos este fin de semana a un asadero. Llegamos casi hasta el lugar con el coche y traíamos la radio puesta, escuchando una repetición del programa. Teníamos el volumen un poco alto, y al llegar uno de los asistentes se nos acercó y soltó: “¿Ustedes escuchan a esa gente que solo habla gente sin cultura?”. Yo le respondí con toda la calma del mundo: “Mira, lo importante es que cada uno aporta lo que tiene. A lo mejor no te parece cultura, pero todos votan. Y eso es lo que tiene este programa: que es del pueblo y para el pueblo”.
Y sí, por algo será que, cada vez que se acercan las elecciones, todos —absolutamente todos— tiran de Radio Aventura. Porque ustedes son el termómetro social más honesto que existe.
Soy Isabel Artiles, de Agüimes —sí, de donde somos poquitos y ruines, como dice con tanta gracia Andrés—, y esta carta la escribimos Juan y yo como un sentimiento compartido, lleno de cariño y admiración.
Y si quieren publicarla en su diario digital, pueden hacerlo libremente, con nuestros nombres tal como están. No nos escondemos. Que todo el mundo se entere de lo que sentimos por ustedes.
Gracias por tanto.
¡Y viva la libertad de prensa!
Con afecto,
Isabel Artiles y Juan Sarmiento
Agüimes, Gran Canaria